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La nieta mayor de María del Carmen: «A mi abuela le robaban habitualmente»

La joven relata dos atracos que acusaciones y defensa desconocían y justifica los mensajes de odio hacia la víctima difundidos por dos hijos del acusado

Abacuc y Laura Méndez Sala, momentos antes de comparecer en el juicio por el asesinato de su abuela. Rafa arjones

A la nieta mayor de María del Carmen Martínez no le sorprendió que a su abuela le hubieran atracado (la primera noticia que su madre le comunicó del crimen) porque «habitualmente lo hacían». Con el mismo desparpajo con que su padre, el yerno de la víctima Abacuc Méndez, declaró el lunes lanzando varias hipótesis sobre posibles móviles, Mar Méndez Sala soltó ayer esa afirmación dejando con la boca abierta tanto a las acusaciones como a la defensa del acusado del asesinato de su abuela, su tío Miguel López, quienes nada sabían de esos atracos «habituales». De haber tenido conocimiento de ellos, a buen seguro que los habría llevado ante el jurado popular que está juzgando estos hechos el abogado que ejerce la defensa, Javier Sánchez-Vera, quien a lo largo del proceso ha venido planteando el robo como uno de los posibles móviles del crimen (aunque a la víctima no le faltaba ninguna pertenencia) retrotrayéndose incluso a hace más de una década, cuando sustrajeron el mismo vehículo en el que María del Carmen fue tiroteada y que entonces usaba su marido, el expresidente de la CAM Vicente Sala.

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Séptima sesión del juicio del caso Sala

Adelantándose en sus respuestas a las preguntas del fiscal, la hija mayor de Mar Sala explicó que su abuela llevaba «bolsos de imitación muy llamativos» y que «una vez le quitaron uno». Agregó que cuando María del Carmen «fue al juicio se puso una peluca para que no la reconocieran. Me llamó la atención porque nunca había visto una», apostilló. Resuelta mientras el acusador público no salía de su asombro, la joven refirió «otro atraco» en el que su abuela «llegó a forcejear» con el ladrón y en el que ella estuvo presente. Y centrada ya en la tarde del crimen, agregó que «como era algo normal (lo de los atracos) me quedé esperando a que nos dieran más noticias».

Sobre el conflicto por el control de las empresas del grupo, donde investigadores y acusación sitúan el motivo del crimen, la chica relató que lo que le quedó de una junta de accionistas a la que fueron convocados todos «es que la abuela prefería a unos nietos (en alusión a los hijos de Vicente Sala) sobre otros (por los de las tres hermanas)». Y continuó. «Mi madre quiso entonces que la abuela supiera lo que podía perder», lo que provocó el envío de un WhatsApp por parte de los nietos que se sentían agraviados en el que le comunicaban a María del Carmen que no volvería a verlos si persistía en la idea de que su primogénito llevara la empresa del plástico, motor económico de la familia. Todos los mensajes eran iguales pero ella personalizó el suyo aunque sin variar el contenido «porque soy la mayor y la más madura», matizó. Con ello queríamos decirle a la abuela que si seguía por ahí nos iba a perder. Era una estrategia», declaró

Al ser preguntada por el mensaje que uno de sus primos e hijo del acusado puso en una red social la noche en que mataron a su abuela, donde podría leerse «jaque mate», la joven aseguró que no lo había visto pero, dando muestras de nuevo de una gran locuacidad, explicó que «cada uno se desahoga a su manera». La misma respuesta que dio cuando el fiscal le preguntó por otro mensaje, de otro de los hijos del acusado, en el que insultaba a su abuela. «Había mucha tensión y eso te rompe el corazón», agregó.

Tras ninguna pregunta de la acusación y casi ninguna de la defensa, fue el jurado el que le lanzó más de veinte. Como que por qué su hermano pudo ir a la junta de socios desde Estados Unidos y no al entierro de su abuela, a lo que la chica contestó que de lo primero estaba avisado con antelación. Por la relación con su abuela del primo que había puesto el «jaque mate». «Era su madrina y nosotros somos católicos», dijo. O si creía que su tío Miguel manipulaba a su madre, lo que negó. Dijo también que no pensaba que su abuela les quisiera hacer daño a los nietos, que nunca había hablado con los hijos del acusado de los polémicos mensajes y que desconocía que su madre y sus tías habían inventariado a escondidas las joyas de su abuela, a que definió como «una mujer que se había hecho a sí misma con un carácter fuerte».

Previamente había declarado su hermano Abacuc, quien a diferencia de la joven no justificó los mensajes de odio hacia su abuela difundidos en las redes por sus primos. Comentarios que dijo no haber visto pero que, a serles mostrados por la Policía, no le parecieron «normales». Más comedido, el joven relató que su madre le pidió que mandara el WhatsApp a su abuela «por estrategia» y que ésta siempre les decía que hicieran «lo que nos dijeran papá y mamá».

Definió a María del Carmen como una «persona cariñosa a la que quería mucho» y, al contrario de lo que declaró su padre, aseguró que tras el envío de los mensajes no volvió a hablar con su abuela.

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