Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Caso Sala

Una asesora declara que la acción de oro se extinguía con la muerte de la víctima

Otro trabajador de Novocar asegura al tribunal que los coches no se entregaban en el lavadero sino en el aparcamiento de las instalaciones

La asesora Ana Martínez Caro, ayer saliendo del juzgado. rafa arjones

La acción privilegiada que garantizaba el control del holding de la familia Sala se extinguía con la muerte de María del Carmen Martínez. Así lo explicó ayer en la sesión del juicio con jurado por el asesinato de la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala la que fue asesora del consejo de Administración de Samar Internacional y la Compañía Española de Resinas Ana Martínez Caro. El uso de la acción de oro por parte de la víctima en septiembre de 2016 sirvió para restituir a su hijo Vicente Sala como administrador único de la empresa de los plásticos, principal motor económico de grupo, después de que sus hermanas le cesaran unos meses antes como presidente del consejo de administración.

La asesora aseguró ayer que se presentó en el Registro Mercantil el cambio de los estatutos que implicaba el traspaso por parte de María del Carmen de la acción de oro a su hijo Vicente pero que la modificación no se llegó a inscribir porque era necesaria unanimidad y las tres hermanas habían votado en contra. La asesora, quien interpreta que era necesaria esa unanimidad, dimitió tras la junta de accionistas en la que Mari Carmen usó el voto privilegiado para cambiar el órgano de gobierno de la empres por un administrador único ya que el consejo quedó disuelto.

Martínez Caro recalcó que, tras esa decisión, María del Carmen mantuvo a Miguel López, esposo de una de ellas y acusado del crimen, como consejero de Novocar, la empresa de automoción que éste regentaba y que su papel en el grupo «era residual». «Tenía capacidad para destituirlo pero no lo hizo, ni tenía interés en hacerlo», dijo. La testigo descartó que López asesorara en su estrategia a las hermanas y dijo que «no tenía conocimientos jurídicos para poder hacerlo».

Relaciones tensas

La asesora admitió que las relaciones eran tensas, pero achacó el enconamiento de posturas a la actitud de los abogados de ambas partes más que a la propia familia. En este punto, el abogado de la acusación particular que ejerce Vicente Sala, a través de Francisco Ruiz Marco, leyó a la asesora fragmentos del diario de María del Carmen en los que se responsabilizaba a esta testigo y a otro asesor de los enfrentamientos. «Es una opinión», se limitó a responder. «Sí, la de la víctima», apostilló el letrado.

Ayer testificó otro de los mecánicos que trabajaban en Novocar la tarde del 9 de diciembre de 2016 en que fue asesinada a tiros María del Carmen. Víctor Cuartero, que no vio ni a la víctima ni a Miguel López, aseguró que «normalmente los coches nunca se entregaban en el lavadero».

También testificó un cliente de Novocar, José Manuel Soler, que la tarde del crimen estuvo comprando una furgoneta. A su llegada, sobre las 18.09 horas, vio a una persona hablando por teléfono en la zona del parking, que luego fue identificado como Jesús Tavira, a quien la Policía tomó declaración hasta tres veces y quien ha testificado en este proceso como testigo. Ya no estaba cuando se fue media hora después. En ese momento coincidió con Miguel López, que se iba a casa, al que se saludó «cordialmente», marchando cada uno por su lado, sin notar nada raro . Ya había oscurecido y ni siquiera llegó a ver el Porsche de la víctima en el lavadero.

Asimismo testificó un policía autonómico amigo de la familia y que esa noche llevó a Novocar a la hermana de la fallecida tras enterarse del crimen. El testigo relató que Miguel López estaba diciendo a la Policía que la víctima habría sido atracada porque era en un barrio «peligroso». El agente ha descartado haber tratado de orientar la investigación hacia López.

Compartir el artículo

stats