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Trampas con sensores e inteligencia artificial contra el mosquito tigre

Los expertos desarrollan sistemas para detectar y combatir en tiempo real el insecto transmisor de enfermedades tropicales

La empresa que realiza los tratamientos fumigó desde el aire contra el mosquito en el Saladar de Agua Amarga tras la gota fría. rafa arjones

Tras detectarse los primeros casos autóctonos de enfermedades tropicales transmitidas por el mosquito tigre en Murcia y Cataluña, es cuestión de tiempo que suceda lo mismo en la provincia de Alicante. Los expertos están desarrollando sistemas para detectar y combatir en tiempo real el insecto transmisor de enfermedades tropicales como el dengue, el zika y el chikungunya (aedes albopictus) como son las trampas con sensores que llevan un software de inteligencia artificial. Estos aparatos ya se están probando sobre el terreno y en laboratorio.

También se investigan nuevos tratamientos biológicos ante la falta de resultados de los métodos actuales y el aumento de las lluvias asociadas al calor.

La gota fría de septiembre y la subida posterior de temperaturas provocó en buena parte de la provincia una plaga de mosquito tigre, común y de las marismas al multiplicarse los focos por diez. Con las lluvias actuales puede suceder lo mismo si se superan los 15 grados en los próximos días. De lo contrario el ciclo se ralentizará, aunque la empresa de control de plagas, Lokímica, monitorizará las zonas donde siga habiendo agua acumulada para evitar una eclosión en primavera.

La Universidad Miguel Hernández colabora con Lokímica en la validación de los resultados de sus distintos ensayos. La trampa de monitorización en fase de prueba permite, gracias a la inteligencia artificial, saber cuántos ejemplares atrapados hay en tiempo real e identificar de forma precisa si son mosquito tigre y la cantidad de hembras, que son las que pican y transmiten las enfermedades tropicales. Esto facilita la toma de decisiones a la hora de abordar con rapidez el problema.

Sistema de alerta

«Es un sistema de alerta que proporciona un cribado y que se puede utilizar en lugares donde la gente está expuesta a las picaduras, como hospitales, centros de salud, puertos, aeropuertos, colegios y fincas particulares (las macetas y piscinas privadas son caldo de cultivo del mosquito tigre)», afirma Rubén Bueno, doctor en Ciencias Biológicas, director técnico en I+D+I en laboratorios Lokímica y presidente de la Asociación Europea de Control de Mosquitos. La firma tiene un acuerdo para la distribución en 2020, en varios municipios, de estas trampas a las que se aplican las nuevas tecnologías de la mano de la empresa Irideon después de que varias administraciones públicas hayan validado sus resultados.

Los expertos también está realizando ensayos con insecticidas biológicos (biocidas), como la bacteria «wolcharia», que puede causar esterilidad en el mosquito. Se está estudiando si esta especie está en el continente europeo y no es invasora ya que las directrices europeas sobre biocidas son muy restrictivas. Este método se está ensayando a gran escala en Brasil, donde solo en 2019 se han detectado 1,6 millones de casos de dengue, 125.000 de chikungunya y varios miles también de zika, un virus que causa graves dolencias a los bebés si lo contraen embarazadas. Son enfermedades transmitidas por el aedes aegypti, el principal vector en el mundo de los virus que causan dolencias tropicales y que en el país de América del Sur está espantando al turismo.

Investigadores brasileños están estos días en Alicante de la mano de la Universidad Miguel Hernández para desarrollar estrategias bilaterales y buscar el impulso tecnológico que les falta para luchar con más garantías contra enfermedades que en aquel país causan muertes y un gran problema de salud pública, dijo ayer Rivaldo Venancio da Cunha, coordinador de vigilancia en salud de la Fundación Oswaldo Cruz del Ministerio de Saude, en Río de Janeiro. «Buscamos la aplicación de las nuevas tecnologías porque no nos basta con la experiencia histórica».

El experto brasileño, que estuvo acompañado por Fernando Bornay, del área de Parasitología de la Universidad de Elche, aconseja estar vigilante en España. «En Brasil empezó el chikungunya con unos pocos casos importados en 2014 (militares en misión de paz en Haití), y en tres años había 300.000 afectados». Tanto Da Cunha como Bueno aconsejan a los médicos de atención primaria ahondar «y rascar un poco más» en pacientes con fiebres que puedan enmascarar una enfermedad tropical « para llegar al origen» en casos que puedan ser autóctonos o importados.

«Muchos pasan desapercibidos porque son asintomáticos y no se ha podido hacer el control del vector», afirma el médico de Lokímica, que aboga por protocolos coordinados para evitar brotes, que pueden darse en España, porque «donde está el mosquito transmite a personas sin protección ni anticuerpos contra estos virus».

Otra método cuya viabilidad se está comprobando son las trampas con piriproxifen. Se aplica en cubos donde las hembras ponen huevos, que impregnan sus patas y van repartiendo por sus distintos criaderos un insecticida letal para las larvas.

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