Expertos han resaltado esta tarde en Casa Mediterráneo el papel de los jardines botánicos para la divulgación científica en un acto en el que participan Ramón Morales, subdirector del Real Jardín Botánico de Madrid; Jaime Guemes, director del Botánico de València; José Luis Romeu, presidente de la Asociación Española de Paisajistas; y Segundo Ríos, profesor de la Universidad, investigador del Cibio y director de la estación biológica-jardín botánico de Torretes, en Ibi, que es el que tiene ahora la provincia. Romeu, ingeniero agrónomo, publicó un artículo sobre el jardín del siglo XIX en la revista Canelobre en 2014, y considera que fue una oportunidad perdida para Alicante.

Durante el debate, la Universidad ha reivindicado este espacio de biodiversidad y se ha recordado que la provincia desarrolló hace 203 años un ambicioso proyecto de jardín botánico, que fue encomendado al botánico y agrónomo Claudio Boutelou, perteneciente a una saga de jardineros traídos desde Suiza por Felipe V.

El encargo, según han explicado, fue hecho por el Cónsul de Alicante, tras la Restauración de Fernando VII y se desarrolló en una finca próxima al barrio de San Blas, que era regada con una fuente próxima al Castillo de San Fernando, del que hoy en día apenas quedan unos ficus en la zona de Alipark (por entonces San Blas era una amplia partida y Benalúa fue fundada con posterioridad al botánico, han explicado los expertos.

"Las envidias y avatares políticos hicieron que ese proyecto solo durase tres años desde 1816-1819. Dos siglos después, nuestra provincia tiene la oportunidad de recuperar ese tiempo perdido y ayudar a desarrollar plenamente el nuevo proyecto de Jardín Botánico de Alicante: el Jardín Botánico de Torretes, surge en 2012 sobre la base de la Estación Biológica del mismo nombre creada mediante convenio entre el Ayuntamiento de Ibi y la Universidad de Alicante en 2003 renovado y ampliado en 2006".

Los jardines botánicos derivan de los huertos de simples medievales (plantas medicinales), que generalmente estaban rodeados por un muro (hortus conclusus) y fueron desarrollados en monasterios, palacios y propiedades de boticarios.

En torno a estas colecciones, surgen en algunas Universidades los primeros jardines botánicos propiamente dichos: Pisa 1543; Padua 1545, Florencia 1550. En España el primero en desarrollarse fue el de Valencia en 1567, aunque cambió varias veces su ubicación y en el diseño actual es del s. XIX. Tras los descubrimientos en América, Asia y África, se desarrollaron numerosos Jardines de Aclimatación por toda la geografía, para tener en observación muchas plantas de esos continentes, antes de difundirlas por España y el resto de Europa. Dentro de España el Real Jardín Botánico de Madrid, es el más emblemático que se creó en 1755 en tiempos de Fernando VI, pero heredó la tradición del jardín de hierbas de Aranjuez creado por Felipe II.

"Los jardines botánicos son instituciones científicas con más de 500 años al servicio de la biodiversidad mundial. Hay más de 1.800 jardines botánicos repartidos por 150 países y en Europa son más de 500. La mayoría de las grandes ciudades del Mundo mantienen uno o más jardines botánicos. Allí se conservan vivas más de 80.000 especies vegetales, 1/3 del total del planeta y dentro de sus bancos de germoplasma se conservan el 25% de las especies vegetales del planeta".

En España, Portugal y Gibraltar es la Asociación Ibero-Macaronésica de Jardines Botánicos quien controla la calidad científica de los Jardines Botánicos y admite nuevos socios en el caso de que esta se alcance. La mayoría de los Jardines Botánicos (52%) son dirigidos por Universidades, Ayuntamientos y por convenios entre ambos.

El jardín botánico de Torretes fue admitido en la Asociación Ibero-Macaronésica de Jardines Botánicos en 2012 y desde entonces es socio activo de la misma. Envía a sus catálogos de plantas y semillas a más de 410 Jardines botánicos de todo el Mundo y desde 2015 más de 90 jardines botánicos han pedido o enviado sus semillas a Torretes, llevando con ellas el nombre de la Universidad de Alicante y del Ayutntamiento de Ibi por todo el mundo.

Los jardines botánicos modernos tienen el reto de saber transmitir a la sociedad la importancia vital que tiene para toda nuestra especie la conservación de la biodiversidad y nuestra responsabilidad compartida en dicho objetivo. Al mismo tiempo, "deben servir como modelo y fuentes de recursos para construir ambientes habitados más racionales y sostenibles, ser espacios formativos para todos los niveles de enseñanza y motores económicos a través del turismo y la gastronomía, rescatando del olvido alimentos vegetales silvestres y cultivariedades antiguas que procedentes de los huertos tradicionales mediterráneos, se conservan allí".

Según estos expertos, los jardines botánicos son el último baluarte para la conservación de la biodiversidad global a través de sus colecciones de plantas vivas y gracias a sus colecciones de semillas bien conservadas (bancos de germoplasma). Existen ejemplos de varias especies españolas que se han podido rescatar de la extinción gracias a los botánicos (e.g. Lisymachia minoricensis). Actualmente funcionan como modernas "Arcas de Noé" dedicadas a la salvaguarda de las plantas.

Además de todo esto se llevan a cabo tareas de custodia del territorio como mantenimiento de las actividades agroforestales tradicionales, recuperación de cultivariedades tradicionales y de la flora arvense asociada, manteniemiento del patrimonio rural como hornos de cal, numerosos majanos, cobachas de pastor y melero, pozos de agua (alcabons), muros de piedra seca, etc. Contribuir al conocimiento climático regional mediante una estación climática automática permite tener información directa sobre los eventos meteorológicos locales.

Las colecciones vivas de la estación biológica-jardin botanico de Torretes contribuyen a la conservación de las especies vegetales en un 36% y un 17% respectivamente, en las categorías de peligro de extinción y vulnerables.

La Universidad de Alicante y el Ayuntamiento de Ibi contribuyen en Torretes a la conservación de la flora amenazada de una forma práctica manteniendo vivas estas especies amenazadas, produciendo nuevas semillas e incrementando sus posibilidades de supervivencia. De forma conjunta con el Museo de la Biodiversidad se mantienen un denso calendario de actividades de divulgación a lo largo del año, con gran participación de familias de todo Alicante. El uso como recurso didáctico para enseñanza de grados y master, con más de 700 alumnos que realizan prácticas en Torretes de las distintas universidades alicantinas.