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La Abogacía reivindica su papel para lograr la paz social en los momentos convulsos

Expertos alertan del recorte de los derechos y libertades en los últimos 10 años y del riesgo de retroceder a una época inquisitorial

Los intervinientes en el debate que siguió a la presentación de «Los abogados que cambiaron España», moderado por Inés Abad, del gabinete Garrigues (en el centro). HÉCTOR FUENTES

«En cualquier situación que afecte a la ciudadanía, y especialmente en estos momentos convulsos, la Abogacía tiene un papel decisivo», afirmó ayer, en un momento en que la paz social se ve amenazada, el decano del Colegio de Abogados de Alicante, Fernando Candela, reivindicando el papel de los juristas como artífices de cualquier cambio de la sociedad. Lo dijo durante el debate que siguió a la presentación del libro «Los abogados que cambiaron España. Ochenta años de historia de los letrados y juristas que contribuyeron a la democracia (1939-2019)», del periodista Fernando Jáuregui.

El asunto catalán se coló en el debate, que fue moderado por Inés Abad, del gabinete Garrigues en Alicante. Jáuregui habló de un país en crisis absoluta, a la espera de un nuevo parlamento, en el que la acción de los juristas resulta insuficiente para defender al Estado de los enormes retos, de ahí que considere urgente un gran pacto de las fuerzas constitucionalistas.

Aún así, se mostró comprensivo con el legislador porque «es difícil que pensara en circunstancias tan surrealistas como que un señor preso ganase unas elecciones, en un presidente de la Generalitat fugado y en el desafío del que le sucede (Joaquim Torra) hacia el Estado de Derecho».

En este punto, el periodista, que lleva años recopilando e investigando sobre los abogados que han cambiado la historia de España, invitó al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, a coger el teléfono al de la Generalitat de Catalunya para decirle: «Te tienes que marchar», abogando por una solución con ideas y negociación, sin mano dura, artículo 155 ni ley de seguridad nacional.

El autor de la obra aprovechó la defensa que hizo el decano de la Abogacía como voz de la sociedad y realizó un llamamiento a los juristas actuales para que piloten una segunda transición como recordó que hicieron hace 40 años Peces Barba, Miguel Herrero de Miñón, Landelino Lavilla, Miquel Roca, Cristina Almeida, José Federico de Carvajal y Manuela Carmena, entre otros.

El catedrático de Derecho Procesal de la Universidad de Alicante, José María Asencio, habló de la Abogacía del futuro, de la aportación de esta profesión liberal y de su independencia para ejercitar correctamente el derecho de defensa, y de su importancia para el mantenimiento del Estado de Derecho en el país.

En este sentido, alertó del retroceso que sufre en los últimos diez años el ámbito del Derecho en general, con un recorte importante en la protección de los derechos y libertades fundamentales, y de las garantías procesales, y aprovechó el acto para afirmar que la Abogacía debe encabezar el retorno al derecho democrático para evitar una vuelta a épocas inquisitoriales. Como ejemplo, citó que el Código Penal español recoge ahora tres veces más delitos que en los años 70, y alertó de medidas represivas en la legislación que no respetan derechos como la presunción de inocencia. «Estamos ante una sociedad criminalizada y esto no es serio. El papel de la Abogacía es la recuperación de un Estado de Derecho en el que se respeten los derechos y libertades fundamentales», dijo el catedrático.

Jáuregui coincidió con él en que en España el Derecho se aplica de una forma muy tajante, poco flexible y rigorista, que la legislación que tenemos es insuficiente para atender al Estado, y que los juristas, abogados y, en general, los profesionales del Derecho tienen que tener un protagonismo desde la sociedad civil en la elaboración de las leyes para una nueva era.

El abogado de Prensa Ibérica, Rafael Simón, incidió en que los derechos a la libertad de expresión y de información son sagrados, y en cómo hay jueces y fiscales que tienen la tentación de cercenarlos pese a ser un mandato recogido en la Constitución que «no se ha desarrollado porque el legislador es perezoso». En este sentido, apeló a la labor de la Abogacía para preservar estos derechos.

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