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El Consell asume el control de la calidad del aire en los muelles del puerto

La nueva planta para mover graneles deberá estar como mínimo a 500 metros del casco urbano atendiendo a una alegación vecinal

Movimiento de graneles en el puerto de Alicante, actividad que será a cubierto en dos años. Álex domínguez

La Conselleria de Agricultura, Desarrollo Rural, Emergencia Climática y Transición Ecológica ha resuelto incorporar parcialmente cinco de las siete alegaciones presentadas por los vecinos al proyecto de naves para graneles de la multinacional Eiffage, en el Puerto de Alicante. Entre ellas, destaca que la Generalitat asume el control de los medidores de la calidad del aire ubicados dentro de los muelles.

La Dirección Territorial de Alicante estima, así, parte de las propuestas presentadas por la Asociación de Consumidores y Usuarios José María Mena en el documento de resolución que autoriza las emisiones a la atmósfera de la instalación de naves cerradas para el depósito, carga y descarga de graneles sólidos.

El texto de la resolución adopta parte de las alegaciones, dejando fuera solo dos de ellas por incompatibilidades con el decreto de control de emisiones 228/2018, y estima incluir varias de las iniciativas referidas al control, validación y comprobación de emisiones. El director de Calidad Ambiental, Joan Piquer, subraya que la resolución final ha tenido en cuenta la opinión y las alegaciones de las plataformas vecinales y asegura el control exhaustivo de las emisiones de la actividad y la vigilancia de la Dirección Territorial de Alicante ante cualquier actuación fuera de lo recogido en el expediente.

La autorización a Eiffage le obliga a mantener una distancia mínima de 500 metros al núcleo urbano para el manejo de material pulverulento o la prohibición de que la Autoridad Portuaria de Alicante manipule los equipos de control de la calidad del aire ubicados dentro de sus instalaciones, cuyos datos serán analizados y validados por la Generalitat, con sus propios medios. En este sentido, el puerto aseguró ayer que ya cumplía este requerimiento. A pesar de las alegaciones presentadas la instalación de naves cerradas pretende acabar con las quejas y molestias del vecindario ante los movimientos a cielo abierto. Con esta nave se dará respuesta a la demanda vecinal de los barrios colindantes que, desde hace años, vienen expresando su malestar por la contaminación ambiental ocasionada por el movimiento de graneles al aire libre.

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