María Bernarda Soubirous, más conocida como Bernadette o Bernardita de Lourdes, no podía creer lo que le sucedió aquel 11 de febrero de 1858, cuando, junto a su hermana Toinette y una amiga, fue a recoger leña a la gruta Massabielle, en Lourdes, al sur de Francia, una localidad que no tardaría en darse a conocer mundialmente. Una ráfaga de viento fue la señal antes de ver una luz que salía del interior de la gruta, con la forma de una joven que hacía la señal de la cruz cuando Bernadette, que por entonces era tan solo una niña de 14 años, sacó su rosario. No intercambiarían palabra alguna en este primer encuentro de los 18 que tuvieron en seis meses, según la creencia católica, y no fue hasta el encuentro 16, el 25 de marzo de ese año, cuando esa imagen que se le aparecía se presentó. «Yo soy la Inmaculada Concepción», le dijo. El 16 de julio de 1858 fue la última vez que Bernadette vio a la Virgen María. Desde entonces Lourdes se ha convertido en un lugar de peregrinación para católicos de todo el mundo, sobre todo para enfermos en busca de una cura milagrosa o de alivio a sus males.

La religiosa francesa fue canonizada por la Iglesia católica en 1933 y sus reliquias son veneradas por miles de católicos. Desde el 31 de agosto las reliquias de la niña que fue testigo de las apariciones de la Virgen están haciendo un recorrido por 48 diócesis de toda España con ocasión del año dedicado a Santa Bernadette al celebrarse un triple aniversario: los 175 años de su nacimiento, el 175 aniversario de su bautismo y el 140 de su muerte. Esta semana recalan en la provincia, con paradas en Orihuela, ayer, y Alicante, donde durante todo el día de hoy se podrán ver en la concatedral de San Nicolás.

Un centenar de niños, alumnos de colegios diocesanos oriolanos, dieron ayer la bienvenida a las reliquias de Santa Bernadette en la iglesia de las Santas Justa y Rufina. El repicar de campanas dio paso a la ceremonia en la que se tiraron pétalos de rosa a la imagen de la Virgen de Lourdes y a las reliquias de la Santa, bien guardadas en el nuevo relicario fabricado en el taller Arte Granda de Madrid. Una gran foto en blanco y negro de Bernardita presidió el altar. Un grupo de mujeres vestidas con el tradicional uniforme de enfermera de la Hospitalidad de Lourdes, blanco y azul, se encargó de portar la imagen de la Virgen desde el convento de las Salesas a la cercana iglesia, mientras que el relicario fue llevado por hombres de la hospitalidad.

Enfermos

Por la tarde tuvo lugar uno de los momentos más emotivos al celebrarse una oración con bendición para los enfermos antes de la misa con unción que fue presidida por el obispo Jesús Murgui, con la asistencia de decenas de personas que, con la esperanza de conseguir una mejora de sus males, como los 70 «milagros» de curación que la iglesia atribuye a la Virgen de Lourdes. Precisamente, la peregrinación de las reliquias de Santa Bernadette -una costilla de su cuerpo incorrupto- tiene el objetivo de acercar su figura a todas aquellas personas, sobre todo enfermos, que, por diversas circunstancias, no pueden ir a Lourdes, donde está el santuario. La jornada de ayer tuvo otro momento muy vistoso con la procesión de antorchas hacia el Santuario de Monserrate, que este año celebra el centenario de la coronación de la que es patrona de Orihuela.

Las reliquias partirán hoy a las 9 de la mañana desde Orihuela a la concatedral de San Nicolás en Alicante, donde serán recibidas a las 10 por niños. A las 12 será el turno de la exposición del Santísimo y rezo del Rosario y a las 17.30 horas la conferencia «Las Apariciones de la Virgen» a cargo de José Manuel Díez Quintanilla, presidente de Radio María. A las 20 horas el obispo presidirá la misa con unción y bendición a los enfermos. «Quisimos que la imagen fuera recibida por niños, porque Bernardita era una niña cuando se le apareció la Virgen, y estará hasta que el jueves a las 10 de la mañana se celebre una misa de despedida en San Nicolás», explicó el Consiliario de la Hospitalidad, José Manuel Íñigo.