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Vecinos desesperados en el barrio de Altozano

Grupos de sin techo, la mayoría con problemas de alcohol y drogas, toman la plaza - Residentes se quejan al Ayuntamiento y al Síndic

Un vecino muestra la calle llena de orines. Héctor Fuentes

Los vecinos de la plaza de Altozano no pueden más. Llevan más de un año quejándose ante el Ayuntamiento y el Síndic de Greuges por la situación generada por grupos de sin techo, la mayoría con problemas de alcohol y drogas, que se reúnen allí cada día. «Las peleas son constantes, si les dices algo te insultan y usan tanto la plaza como la calle para hacer sus necesidades a plena luz del día. Por aquí no se puede pasar por el olor», lamenta Isabel, una de las vecinas de la zona. Junto a ella cerca de una veintena de residentes mostró ayer a INFORMACIÓN la situación.

Los orines cubren toda una calle que da al gimnasio de Enrique López, que ya no sabe qué hacer. «Entiendo que a estas personas hay que ayudarlas y que los Servicios Sociales deberían tomar cartas en el asunto porque lo que no puede ser es que desde mi puerta hasta el final de la calle sea un baño público», critica.

«Llamamos a la Policía cada dos por tres porque se quedan aquí con las litronas y montan jaleo a las tres de la mañana, pero nada, se van y al día siguiente ya están aquí otra vez», cuenta una vecina de toda la vida de la zona que vive con pena «esta degradación de un barrio que era la perla de Alicante, cuidado, tranquilo y de gente normal y trabajadora».

Ayer, a las 11 de la mañana ya llegaron tres indigentes con un perro y se sentaron en la plaza. Acto seguido tres personas mayores que estaban sentadas en un banco cercano se levantaron y se marcharon al ver que increpaban al resto de vecinos.

«Hay columpios pero aquí ya no viene ningún niño porque o están ellos bebiendo y fumando o está hecho un asco todo», añade una madre que va con sus hijos a otros parques de la ciudad.

Los vecinos han recogido unas 200 firmas para pedir al Ayuntamiento que tome medidas. «Tenemos un problema con la pasarela que lleva al edificio y con la zona cubierta que es la que se ha convertido en un baño al aire libre porque no está claro si es de la comunidad de propietarios o del ayuntamiento. No nos lo dejan claro y nos marean con la burocracia pero por escrito no nos dicen quién se tiene que hacer cargo. Si es nuestro queremos cerrarlo para evitar que se metan aquí», protesta Isabel.

A todo ello se suma que a escasos metros, en la calle Roselló, hay un edificio abandonado a medio construir. «Aquí si que vinieron a limpiar y tapiaron la parte de detrás pero saltan el muro por la pared delantera y se cuelan. Ya hubo un incendio hace dos años con muertos y tenemos miedo porque han llegado a entrar en pisos colindantes», dice otra vecina.

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