Hoy, 9 d'Octubre, celebramos el día de la Comunitat Valenciana. Una fecha simbólica, como es la entrada de Jaime I en 1238 en la ciudad de Valencia, nos sirve para poner en valor nuestras tradiciones, nuestra cultura y nuestra vida en común. Es una jornada en el calendario para reivindicar el pasado, analizar el presente y planificar el futuro.

El 9 d'Octubre no debe quedar sólo en un día simbólico, debe ser también una fecha en la que los ciudadanos de esta Comunitat se vean reflejados en sus instituciones. Recientemente, con el drama vivido en la Vega Baja por las inundaciones, creo, sinceramente, que se ha dado un buen ejemplo de cual es el buen camino en la relación entre gobernantes y gobernados y de cómo debemos proceder para poner en valor nuestro sistema democrático y nuestras instituciones locales, provinciales, autonómicas y nacionales.

Esta es la principal lección a extraer de cuanto ha sucedido estos días que muchos pueblos de Alicante han vivido como un drama. Desde aquí, nuestra solidaridad con ellos. Y es que juntos, cuando nos une un propósito claro, somos más fuertes y mejores. Y juntos, superando las discrepancias con un permanente diálogo, seremos capaces de hacer frente a cualquiera de las situaciones en las que podamos encontrarnos. Ese es el reto común que tenemos, que no es otro que el de hacer una sociedad mejor o, como diría Gabriel Miró, nuestro gran escritor alicantino que tan bien trazó las emociones humanas, al menos debemos ser capaces de mantener ese legado que es la esencia mediterránea que caracteriza a nuestra cultura y forma de vida. Un legado que lleva a que miles y miles de personas a venir cada año a vivir a nuestra tierra. Sin duda, Miró, una personalidad tan interesada en el conservacionismo de nuestro paisaje alicantino, se identificaría hoy con este mensaje, así como con una de las mayores preocupaciones de nuestra sociedad como es el cambio climático. Debemos hacer más en este sentido.

Para todo ello, para contribuir con el bien común, necesitamos unas instituciones fuertes y respetadas y eso sólo lo lograremos si se nos percibe como instrumentos útiles que contribuyen a mejorar la vida de todos los habitantes de esta Comunitat.

Y para conseguirlo, la primera premisa de todas es revertir la infrafinanciación de nuestra Comunitat, porque sin una financiación adecuada se ven afectados los servicios públicos, la creación de empleo, el turismo, la educación, las políticas en apoyo a la mujer y muchas de las actuaciones necesarias para hacer frente a otros problemas actuales.

Por todo ese motivo alicantinos, valencianos y castellonenses debemos ser capaces de unirnos para defender nuestros intereses. Es fácil constatar que sistemáticamente las reclamaciones a Madrid siempre han partido de la bancada de la oposición y se han acallado desde los sillones del gobierno. Lo estamos comprobando ahora. Y el riesgo que corremos con todo ello es que nuestro sistema autonómico pierda su razón de ser por inútil. De modo que es hora de que se nos perciba con lealtad pero con contundencia como una autonomía que defiende, con independencia del color político aquí o en la capital de España, un trato justo, que sólo puede pasar por conseguir una financiación adecuada para poder hacer frente a los retos que tenemos por delante.

Es por ello por lo que tiendo la mano a todos aquellos que estén dispuestos a exigir que se nos dé lo que por derecho nos pertenece, con el convencimiento de que si nuestra autonomía está mejor financiada será más fácil que se atiendan las reclamaciones de Alicante y de todos los ayuntamientos de nuestra Comunitat. Estoy convencido de ello. Deseo a todos que disfrutéis de un feliz 9 d'Octubre.