Un proyecto educativo del CEU Jesús María de Alicante sitúa a la provincia en el top de la innovación pedagógica, tras haber sido seleccionado con otros 30 de todo el país como los mejores para presentarlos ante los miles de visitantes que recibe anualmente en noviembre el salón internacional SIMO, referencia tecnológica para los profesionales de la enseñanza.
Protagonizado por estudiantes de cuarto de Secundaria, han integrado en un musical a los compañeros del aula específica de Educación Especial del mismo centro, con el propósito de visualizar los problemas con los que se enfrentan a diario los alumnos con alguna discapacidad, y concienciar a toda la sociedad de la necesidad de favorecer su integración efectiva en nuestro día a día.
La iniciativa partió del profesor de Música, Pascual Ruso, y acabó implicando a la profesora de Educación Especial, Toña Payá, y a sus alumnos, junto a los de Secundaria, que han adaptado el musical a las necesidades de sus compañeros con discapacidades.
«Un día especial», título del musical, evidencia las dificultades de los estudiantes de Educación Especial desde que nacen, porque carecen de los estímulos primarios para succionar, así como del automatismo del habla por imitación, o la movilidad que son espontáneas en el resto de los niños. «El proyecto del alumnado de Secundaria evidencia que todo lo que en ellos es natural, sus compañeros de Educación Especial tienen que trabajarlo día a día con mucho esfuerzo y rodeados de continuos fracasos, que hay que contrarrestar para evitar el rechazo al aprendizaje cuando no es exitoso», concreta la profesora.
Cooperación
La cooperación, el trabajo en equipo y la convivencia, así como la interpretación de las emociones y la interacción con el entorno, son las principales enseñanzas que extraen en el centro tras la elaboración del musical. Gabriel, uno de los alumnos de ESO, comparte el recreo habitualmente con los alumnos de Educación Especial y destaca que son muy sociables y que especialmente le gusta compartir ratos con Kiko, que siempre logra arrancar una sonrisa a su alrededor.
El propio Kiko asegura que le gusta más ir al colegio que estar en casa, que se esfuerza mucho y que lo que más le gustan son las Matemáticas, los juegos de mesa y el baloncesto. Toña explica que el defase de edad cronológica de estos chicos provoca que sus 17 años correspondan en realidad a una edad mental de cuatro años, por lo que también hay un abismo con lo que la sociedad y el mundo laboral les ofrece una vez que acaban su etapa escolar.
El original musical abre grandes interrogantes en este sentido, porque tras los esforzados avances en su aprendizaje queda mucho recorrido por delante ¿Universidad? ¿Pareja? ¿Trabajo? «Siempre estarán acompañados por sus padres, o tutorizados y sin posibilidad de tener familia, mientras para el resto de sus compañeros se irá sucediendo con normalidad», añade la profesora.
Los alumnos de Secundaria han tenido que asumir la responsabilidad de llevarles de la mano en el escenario, y tras meses y meses de ensayos han logrado el reconocimiento pedagógico del proyecto, además de haber crecido personalmente valorando lo que se hace y se puede hacer por las personas con discapacidad.
