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El Consell cambia el horario en los centros de educación especial contra el criterio de los padres

La conselleria decreta que la jornada no puede acabar antes de las 16.30 horas

Transporte en un colegio de Educación Especial el primer día de este curso. JUANI RUZ

El cambio de horarios acordado entre la Conselleria de Educación y los directores territoriales de las tres provincias para que este curso «en ningún centro con jornada continua se salga antes de las 16:30 horas», como detalla el jefe provincial en Alicante, David Vento, ha alterado sensiblemente a las madres de alumnos con discapacidades, en centros de Educación Especial, porque se les ha metido en el mismo saco y por primera vez Educación ha denegado el horario especial aprobado como cada curso en el consejo escolar.

A la vuelta de las vacaciones estos centros se encontraron denegado el horario especial con que contaban desde hace años, y cuya salida se permitía a las 15:15 horas o a las 15:30 en función de la hora de entrada y siempre restando tiempo al espacio de comedor, delicado para estos alumnos que sin una atención especializada se ponen más nerviosos y alteran su conducta, como coinciden en subrayar las representantes de AMPA contrarias al cambio de horario en Alicante, Elche, Alcoy y Dénia.

Lo consideran una «imposición», señala María José Puyuelo, desde el Tamarit de Elche, porque desde la inspección se les advirtió que si no aprobaban salir a las 16:00 tendrían que salir obligatoriamente a las 17:00.

El director territorial de Educación en Alicante niega este extremo. David Vento afirma a preguntas de este diario que se encontró con la nueva norma a su llegada al cargo y ha tratado de ser «flexible, dejando cierto margen. Media hora de diferencia no debe ser algo tan complicado», valora. Y concluye que no cree que este curso pueda cambiar el horario porque el transporte está organizado desde octubre.

Los afectados no pueden estar más en desacuerdo. Las madres alegan tanto problemas de conciliación familiar como con las terapias, imprescindibles para sus hijos a la salida del colegio, así como de conducta y con la medicación al ampliar el tiempo de comedor sin especialistas.

Vento no descarta que «habrá que revisar la normativa» o aumentar el personal en los comedores «para dar una respuesta adecuada a estos alumnos porque no se trata de tenerlos el mínimo tiempo posible en los centros», sopesa.

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