En una misma semana 200 estudiantes del Instituto Cabo de las Huertas han comprobado, tras un recorrido de ocho kilómetros con sus profesores, la falta de seguridad que conlleva utilizar la bicicleta para desplazarse por el distrito de la Playa de San Juan, mientras que sus compañeros también de Secundaria en el otro extremo de la ciudad, en el barrio de Juan XXIII, han visto cómo sus profesores resultan premiados por la propia Conselleria de Educación por emplear la bicicleta en sus desplazamientos a actividades organizadas, por ejemplo, en el Museo Mark.
Son contradicciones que ha sacado a la luz la semana de la movilidad europea, que desde los centros educativos han querido visualizar con jornadas de sensibilización práctica entre sus estudiantes.
El proyecto organizado en el Instituto Cabo de las Huertas sobre movilidad sostenible por la profesora Maribel Coy, quería mostrar a los alumnos las posibilidades que ofrece la ciudad para desplazarse en bicicleta «de forma no contaminante».
Miembros de «Alacant en Bici» situaron a los alumnos previamente sobre el terreno y cuando llegó la hora de la práctica con un recorrido por el Cabo, los obstáculos que encontraron los jóvenes les llevaron a concluir que, hoy por hoy, desplazarse en bici de forma segura solo es un sueño, porque para ello se necesita la presencia policial.
Excesiva velocidad de los coches y ausencia de suficiente carril bici en los barrios colindantes del Cabo de la Huerta, playa de San Juan y Albufereta provocaron un sentimiento de impotencia entre los jóvenes.
En el Instituto Las Lomas, en Juan XXIII, y después de nueve años de práctica continuada del uso de la bicicleta para desplazamientos concretos en actividades lectivas organizadas por los profesores, ha llegado para este curso una subvención de Educación que premia el empleo de la bicicleta entre los alumnos como una innovación pedagógica. La ayuda servirá para reparar algunas bicis.
