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La temida alga asiática, nueva amenaza para la provincia

La especie invasora que causa estragos en la pesca y el turismo en Andalucía avanza con rapidez y no se puede contener

Una playa de Cádiz, este verano, invadida por la alga asiática. Información

El mosquito tigre, el cangrejo azul y, más pronto que tarde, la alga asiática. Rugulopterix okamurae es una especie invasora, una más, que está causando estragos en Cádiz y Huelva por sus temibles repercusiones negativas sobre la pesca y el turismo. Y el Instituto de Ecología Litoral pone sobre aviso a la provincia: no será extraño que llegue a las costas alicantinas más pronto que tarde.

El director del centro para la conservación y mejora del medio ambiente, con sede en El Campello, asegura que todavía no hay constancia de su presencia, pero alerta de que las características de la alga hacen que resulte «muy difícil» que no llegue.

«Se trata de una especie que se extiende a gran velocidad», afirma Gabriel Soler, «y lo que es peor, no se puede controlar».

¿Pero de qué estamos hablando? Se trata de un alga parda laminar, de crecimiento estacional, que vive sobre rocas entre 0,5 y 15 metros de profundidad y que puede alcanzar los 30 centímetros de altura.

El profesor del departamento de Ciencias del Mar y Biología Aplicada de la UA, Alfonso Ramos, incide en que los daños «son más de carácter humano que natural. Al desprenderse masivamente, aparece en las playas causando el malestar de los turistas o la preocupación de los pescadores al colmatar las redes y no poder pescar».

La alga asiática procede del Pacífico Occidental templado, en concreto de Japón, China y Corea, y fue detectada por primera vez en las costas francesas en 2009, explica la presidenta de la Sociedad Española de Ficología, Maria Altamirano.

Unos años después, en 2015, también fue avistada en Ceuta y, de ahí, en pocos años ha proliferado de forma masiva en el Estrecho de Gibraltar, en las costas de Cádiz, después en las de Huelva y el último sitio en el que se tiene constancia de su existencia es en Málaga.

Altamirano asegura que las especies invasoras marinas como la alga asiática llegan hasta el Mediterráneo adheridas al cascote de los barcos que transportan mercancías de un confín a otro del Planeta. «Salvan una barrera geográfica a través de aguas de lastre, que utilizan los grandes mercantes para su carga», sostiene.

De ahí que en el Estrecho de Gibraltar, donde el Puerto del Algeciras tiene uno de los mayores tráficos marítimos, haya sido la zona en la que ha encontrado su hábitat: «Se trata de una especie invasora muy asentada que no se puede erradicar, pero sí ralentizar su expansión». De hecho, Altamirano, profesora de Botánica y Fisiología Vegetal en la Universidad de Málaga, confirma que ya está asentada en Marbella y Estepona y «no es descabellado pensar» que siga su «viaje» por el Mediterráneo hasta Almería, Murcia y la Comunidad Valenciana. «Lo que se puede hacer son modelos predictivos de reproducción de especies, de modo que los municipios se pueden preparar para la llegada, pero no se está haciendo».

Por su parte, el profesor de la UA asegura que, como todas las especies invasoras, «se propaga con rapidez, al no tener depredadores, hasta alcanzar un máximo que es controlado por el ambiente, pudiendo descender». En principio, aparecen en lugares donde el ambiente está degradado, como los puertos, o en ambientes salobres.

La presidenta de la Sociedad Española de Ficología recuerda que hay tres tipos de consecuencias de las especies invasoras: ambientales, sociales y económicas. Las primeras consisten en una disminución de la biodiversidad y una homogeneización del paisaje marino; las segundas hacen referencia a la pérdida de la playa, con la arena cubierta de algas y su impacto negativo en el turismo; por último, las repercusiones económicas afectan al sector de la pesca y a los propios ayuntamientos, que tienen que destinar recursos económicos para retirar la especie de la arena.

Un problema más

En la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de momento no tienen conocimiento de que la alga asiática haya llegado, «pero es un problema más» en un sector que ha sufrido en el último año una merma en el volumen de capturas. «Ocupan toda la posidonia, que son el campo de comida para los peces», lamenta el dirigente de la Cofradía Juan Mulet.

El Instituto de Ecología Litoral alerta de la llegada de «otro organismo invasor» por los efectos de la crisis climática: «Las diferencias térmicas cada vez son menores, el planeta tiene unas condiciones climáticas similares y las barreras son más frágiles, de modo que las especies se extienden cuando antes no podían».

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