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Consecuencias de un temporal dramático

Las grandes riadas

Alicante, la Marina Alta y la Vega Baja han sufrido los peores episodios de gota fría en la provincia, con una decena de muertos y pérdidas millonarias desde 1982

Las grandes riadas

El cielo siempre se ha cobrado su deuda con la provincia. Por más de 300 días de sol al año cada cierto tiempo descarga de golpe la lluvia que no ha dejado caer a lo largo de lustros. Sucedió de nuevo el jueves pasado y se cebó con la Vega Baja, donde además de dos víctimas mortales, el desbordamiento del río Segura ha obligado a cientos de personas a abandonar sus casas y provocado destrozos que se tardarán en cuantificar.

La historia de las riadas es desgraciadamente extensa en la provincia. Desde 1982 las peores se han vivido en Alicante, la Marina Alta y la Vega Baja.

La incapacidad para luchar contra 200 litros o más por metro cuadrado en 24 horas, la construcción en ramblas y cauces, la erosión y la falta de mantenimiento de los cauces han provocado desde esa fecha al menos una decena de muertos en la provincia y pérdidas millonarias.

La gota fría de octubre de 1982, que dejó 220 litros en 24 horas en la ciudad de Alicante y desbordó la presa de Tous en Valencia causando una tragedia, estaba considerada como la más grave de la historia hasta que ocurrió la riada de 1997. En 1982 murieron dos personas en la capital de la provincia y en 1997 fueron cuatro las que perdieron la vida tras quedar literalmente partido en dos el barrio de San Gabriel. Entre una y otra se sufrieron episodios fuertes de lluvias e inundaciones, pero fue después de la riada de 1997 cuando el Consell, tras la insistencia municipal, decidió ejecutar el plan antirriadas que culminó con una inyección de 23 millones de euros en 2007 para incluir la zona de playas. La ejecución de las obras de los colectores y su posterior conexión a la red de pluviales ha evitado hasta la fecha tragedias como las citadas.

En 2007 fue la Marina Alta la que se llevó la peor parte de las lluvias torrenciales y una mujer perdió la vida en El Verger, que quedó arrasado, mientras que Calp quedó sumergido bajo las aguas.

El penúltimo episodio grave se volvió a vivir en 2017 en Alicante, especialmente en la playa de San Juan tras caer 150 litros en una noche. El último sufrido estos días obliga a echar la vista atrás de nuevo en la Vega Baja. En la Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) tienen constancia de desbordamientos desde 1259, pero ya en el siglo XX la memoria colectiva aún recuerda los ingentes daños registrados en 1946 y 1957 con pueblos inundados y la huerta desaparecida. El pasado jueves y viernes también quedarán, tristemente, para los anales de la Historia.

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