Al margen de los devastadores efectos, tanto en vidas humanas como en cuantiosos daños materiales, la gota fría que recorrió la provincia en la segunda mitad de la pasada semana también puede provocar otros problemas que ya han empezado a preocupar a municipios alicantinos. De hecho, ayuntamientos de la provincia ya han empezado a actuar para intentar evitar las temidas plagas de mosquitos derivadas de las intensas lluvias que empezaron a caer el pasado jueves. Tanto en Alicante como en Elche, entre otras localidades, se han iniciado trabajos de fumigación para intentar cortar el ciclo natural y evitar así que los insectos sean una amenaza real para la población, como sucedió, por ejemplo, a finales del pasado agosto en el entorno de Urbanova, El Altet y Arenales del Sol, donde se llenaron los centros de salud por las picaduras.

Expertos en control de plagas explican que, con las temperaturas actuales, más suaves que en los meses centrales de verano, el ciclo del nacimiento del mosquito se prolonga unos ocho días, frente a los tres y cinco días que puede tardar en julio y agosto. Esta situación ha supuesto un respiro para los ayuntamientos afectados por las lluvias, que han contado con un mayor margen de maniobra. «Tenemos más tiempo para actuar. Ya hemos empezado con actuaciones terrestres más intensas y en breve las ampliaremos a los trabajos aéreos con helicópteros o drones», señalaron ayer desde Lokimica, la concesionaria del servicio en la comarca de l'Alacantí, entre otros puntos de la geografía provincial.

Los trabajos consisten en liberar una bacteria («bacillus thuringiensis») que solo afecta a las larvas de los mosquitos, impidiendo la finalización del ciclo, pero que resultan absolutamente inocuas para otras especies animales que habitan, por ejemplo, en los alicantinos Saladares de Agua Amarga o en el Clot de Galvany.

Con estas actuaciones que ya se han iniciado en los últimos días, los municipios esperan controlar las plagas de mosquitos que amenazan con aparecer a partir de mañana o el viernes, cuando se cumplen entre siete y ocho días del arranque del periodo de lluvias vinculado a la catastrófica gota fría que ha asolado a la parte sur de la provincia alicantina.

En Elche, hacia donde apuntaron los focos por la última plaga de mosquitos a finales de agosto, ya han arrancado los trabajos, centrados sobre todo en las partidas del municipio. Las nubes de mosquitos que ya se han podido detectar en varias zonas del campo de Elche son, según la empresa encargada del servicio en la localidad, quironómidos, similares a los mosquitos, pero que no pican.

Por el momento, se han iniciado los tratamientos larvicidas con trece técnicos desplegados por el término municipal. Además, tienen previsto utilizar cinco cañones y dos cubas para una vez que proliferen los mosquitos adultos, neutralizarlos lo más rápidamente posible. El Altet, Arenales, Balsares, La Hoya y Las Bayas son los puntos calientes. Entre los obstáculos a los que se enfrentan son las zonas limítrofes al municipio que siguen totalmente anegadas, como son Daya y Dolores o los cotos privados de El Hondo, que han sido imposibles de tratar todavía por la gran acumulación de agua.

Desde la empresa alicantina subrayan que en municipios donde las calles se han anegado por las lluvias, como Orihuela, Almoradí o Redován, existe un mayor margen de maniobra para los ayuntamientos. Ahí tienen hasta medio mes para actuar. «Deben esperar que se seque el agua y, donde se quede estancada, actuar para cortar el ciclo», subrayan desde la concesionaria alicantina, donde explican que las larvas surgen en aguas estancadas, no donde existe movimiento, como pueden ser en calles inundadas.