El Ministerio de Transición Ecológica ha «salvado» el trasvase de 16,1 hm³ aprobado para este mes de septiembre y aunque el agua no se puede aún repartir por el hundimiento de un canal en Albatera tras la riada de la semana pasada, el agua no se perderá, ya que desde ayer está llegando con un caudal de 23,39 m³ por segundo o, lo que es lo mismo, 2 hm³ al día, por lo que en ocho días todo el trasvase estará almacenado en el embalse de Alarcón. De esta forma, el agua no se perderá, ya que si hubiera seguido almacenada en los embalses de Entrepeñas y Buendía el trasvase hubiera caducado el próximo día 30, cuando finaliza el año hidrológico 2018/2019, según recordó ayer Ángel Urbina, presidente de la comunidad de regantes de San Enrique y portavoz de la Mesa del Agua de la Diputación. El trasvase queda legalmente «en tránsito», el caudal no se pierde y los agricultores no perderán riego.

Si el agua hubiera seguido en Entrepeñas y Buendía corría el riesgo de anularse desde el punto de vista legal y también físico, debido que, desgraciadamente, la cabecera del Tajo es una de las zonas de España que se ha librado de las lluvias y los embalses están a unos 70 hm³ de cerrarse debido la escasez de recursos. Cuando llegue a 400 hm³ no hay envío-.

Pese a lo que ha llovido, la paradoja del tecnificado sistema de regadío de Elche y la Vega Baja (la infraestructura se montó en base al trasvase) obliga que el agua llegue a presión y esto no es posible si no funciona el Tajo-Segura., desde donde el caudal llega a presión. Es decir, que en a la agricultura alicantina le interesa más que llueva en la cabecera del Tajo que sobre la Vega Baja y Elche, aunque parezca paradójico.

La situación agrícola en las más de 150.000 hectáreas de superficie de cultivos que van desde Elche y hasta Pilar de la Horadada, alcanzando también Villena-La Encina, es desoladora. Una primera estimación de daños no arroja datos positivos, a pesar de la necesidad hídrica endémica de estas comarcas y ya se han calculado cerca de 200 millones de euros. Y es que, los más de 500 litros/m2 caídos en unas pocas horas en Orihuela y sus pedanías, otros términos de la Vega Baja y Villena, han provocado pérdidas agrícolas millonarias y daños sin precedentes. De momento, desde el Departamento Técnico y de Seguros Agrarios de Asaja Alicante, estiman la pérdida del 100% de los cultivos hortícolas tanto en la Vega Baja (alcachofa, patatas, batatas, boniatos, brócoli, coliflor, y zanahoria), como en Villena.

Preocupa la situación y evolución de los cítricos también en la Vega Baja, donde hay un gran número de parcelas en las que el agua llega hasta mitad del tronco de los árboles, imposibilitando la entrada y la valoración del cultivo.

La organización agraria Asaja-Alicante reclamó ayer al Consell que sea valiente y en el pleno de este viernes en Orihuela apruebe ayudas directas para paliar los daños de las riadas. Se pide también una cobertura del 100% para aquellos agricultores con pólizas de seguro en vigor. Estas ayudas deben acompañarse de medidas fiscales, IBI y bonificaciones de seis meses en la cuotas a la Seguridad Social.