La gota fría que ha asolado la Vega Baja ha tenido un efecto radical sobre la temperatura del agua del mar Mediterráneo frente las costas que de la provincia, que se traduce en un descenso de cuatro grados en una semana, según constató ayer el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante. Así, de una temperatura de 27 grados el lunes 9 de septiembre, tres días antes de la catástrofe, se ha pasado a los 23 grados de ayer lunes, lo que, según Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante, disminuye el riesgo de que vuelva a repetirse una gota fría tan virulenta como la de la semana pasada. Todos los expertos coinciden en apuntar en que la alta temperatura del mar ha sido la causante de la intensidad de las precipitaciones que asolaron la Vega Baja, y menos mal que no se desbordó el río Guadalentín, afluente del Segura.

Con todo, la Agencia Estatal de Meteorología mantiene la previsión de inestabilidad atmosférica para los próximos días e, incluso, hoy podrían producirse tormentas aisladas por toda la provincia, aunque sin la intensidad de las trombas de la semana pasada cuando sobre la Vega Baja llegaron a caer 400 litros/m2 en 24 horas. La Generalitat mantiene la alerta por inundaciones en toda la Vega Baja porque el Segura sigue con el cauce muy elevado pero no se esperan lluvias de importancia e, incluso, tampoco es seguro que termine lloviendo. Eso sí, bochorno y calor.

Por otro lado, el Ministerio de Fomento mantiene cortado el tráfico ferroviario entre Alicante y València debido a la inundación que sufrió el túnel de Fuente la Higuera en el Corredor Mediterráneo. Solo se está trasladando en autobús a los pasajeros que contaban con el billete comprado de antemano y se desconoce cuando se podrá abrir el servicio. Renfe tiene bloqueada la venta de billetes nuevos. En cuanto las cercanías con Murcia, el tren solo llega a Callosa de Segura. El resto del viaje a Murcia en autobús, pero sin parada en Orihuela.