Los 200 alumnos del colegio La Cañada del Fenollar de Alicante reanudaron ayer el curso escolar, una semana después que el resto de sus compañeros en el conjunto de la provincia, toda vez que las nuevas aulas prefabricadas ya están finalmente instaladas.
Aunque ayer no estaban operativos la totalidad de los barracones, porque los del piso de arriba todavía se estaban ultimando, los alumnos de primero y segundo de Primaria fueron reubicados en el aula de Informática, que este curso ha quedado libre, como indican desde la asociación de padres del centro.
Este año no se desdobla el aula de sexto de Primaria, lo que favorece disponer de esa otra aula, de momento para imprevistos como la reubicación de los alumnos de primero y segundo curso hasta que estén listos todos los barracones.
Las familias reanudaron el curso de sus hijos con una sensación agridulce. Contentos de disponer de nuevas aulas, porque las anteriores se anegaban cada vez que llovía con la consiguiente pérdida de clases para los niños; pero con el temor por otra parte de que al disponer de aulas nuevas, aunque prefabricadas, los responsables educativos se relajen y no agilicen la construcción del nuevo colegio.
«Los barracones han aguantado bien el embate de la gota fría de los últimos días, eso es positivo por supuesto, pero lo que nos interesa a los padres es que lleven a pleno la construcción del nuevo colegio».
El grupo municipal de Compromís culpa a través de su portavoz, Natxo Bellido, a la concejala de Educación, Julia Llopis, de que no se haya concluido por parte del Ayuntamiento el último trámite necesario para que la Conselleria de Educación pueda consignar el presupuesto aprobado para el nuevo colegio en el Plan Edificant: la firma digital del documento en dicha plataforma.
Ambas administraciones, municipal y autonómica, acordaron colaborar para llevar a cabo las construcciones escolares pendientes pero si no se siguen los trámites todo se paraliza.
