Un hombre de 58 años residente en Redován falleció ayer como consecuencia del temporal de gota fría que está afectando con especial virulencia a la comarca de la Vega Baja. La Guardia Civil localizó su cuerpo sin vida en la zona de Virgen del Remedio (Orihuela). Al parecer, la víctima pidió ayuda al encontrarse en dificultades cuando, supuestamente, conducía un coche, pero no pudo ser localizado. El cadáver fue rescatado en torno a las 20 horas por el helicóptero de la Benemérita y fue trasladado al Instituto Anatómico Forense para practicarle la autopsia. La DANA ha dejado hasta ahora cinco fallecidos.

La gota fría volvió a azotar ayer con toda su fuerza el extremo sur de la provincia. La Vega Baja amaneció y anocheció sumida en un absoluto caos provocado por el exceso de agua en una tierra que, paradójicamente, está acostumbrada a pelear para no morir de sed. Mientras en el resto de la provincia el temporal no causó daños de consideración, la comarca precisó de un importante despliegue de rescate y seguridad que centró sus esfuerzos en poner a salvo miles de vidas en peligro. La cifra de personas rescatadas ascendía hasta ayer a 162, según informó la Guardia Civil. El ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, visitó el área afectada y adelantó, junto al presidente de la Generalitat, Ximo Puig, que las administraciones dispondrán de las ayudas lo más pronto posible para que los damnificados vuelvan cuanto antes a la normalidad, aunque la prioridad en estos momentos son las personas.

El temporal que arreció ayer en el levante peninsular se cobró además dos nuevas víctimas en la comunidad andaluza: dos conductores que perdieron la vida en Almería y Granada. Ambos se suman a los otros dos que el jueves murieron en Caudete (Albacete), igualmente en el interior de un coche. También en la provincia alicantina se realizaron más de 600 intervenciones de salvamento para rescatar a personas atrapadas.

Desde el primer minuto hasta el último de la jornada de ayer todos los ojos se pusieron en el cauce del Segura, un río tranquilo y sumido en el letargo de la eterna sequía pero que es capaz de provocar un colapso generalizado cuando se desborda. Ayer volvió a ocurrir y las consecuencias fueron devastadoras.

La tromba de agua caída, agravada por el desbordamiento del río y empeorada por la llegada de aguas procedentes del pantano de Santomera, dejó impracticables numerosas infraestructuras de comunicación en toda la Vega. Con ello, fueron miles las personas que quedaron aisladas en carreteras, viviendas y hasta en residencias de ancianos que resultaron completamente anegadas. En determinadas propiedades el agua alcanzó hasta un metro y medio de altura.

Grande-Marlaska sobrevoló ayer la zona azotada por el temporal, dijo que «evidentemente los daños son importantes y relevantes» y garantizó que la Administración estará ahí para, «a la mayor brevedad posible y en los términos que se pueda, hacer olvidar lo antes posible» todo lo acontecido durante la DANA (depresión aislada en niveles altos). El ministro destacó la capacidad de reacción y el trabajo coordinado por diferentes cuerpos de las fuerzas de seguridad y también trasladó condolencias en su nombre y en el del Gobierno en funciones para con «todas las víctimas de esta tragedia, especialmente a las familias de las víctimas mortales».

El rey Felipe VI contactó telefónicamente con el presidente de la Generalitat, Ximo Puig, para interesarse por los efectos del temporal y disponer de información de primera mano sobre la situación. Puig, que visitó Orihuela, aseguró que cuando acabe este episodio habrá un «compromiso» para dotar todas las inversiones necesarias que ayuden a la zona a recuperar el pulso. El presidente de la Diputación de Alicante, Carlos Mazón, se desplazó a la comarca igualmente para seguir de cerca las tareas de rescate.

Las grabaciones de vídeo realizadas desde los helicópteros que sobrevolaban continuamente la zona afectada por la inundación eran absolutamente sobrecogedoras. El nivel de precipitaciones fue considerablemente menor al del jueves. Es cierto que en puntos como el Rincón de Bonanza de Orihuela se acumularon hasta 227 litros por metro cuadrado, pero en el resto de poblaciones no se rebasaron los 100 litros hasta las 21 horas. Aún así, el río Segura se desbordó en diferentes puntos de Orihuela, Almoradí, Benejúzar y Algorfa y anegó tanto núcleos urbanos como enormes extensiones de huerta salpicadas de viviendas que quedaron completamente aisladas.

En la Vega Baja se vieron lanchas surcando calles colapsadas por el agua, camiones del Ejército y hasta retroexcavadoras que intentaban llegar a puntos del todo inaccesibles donde los residentes, desesperados, esperaban ayuda subidos al capó de los coches o en el tejado de las casas. La principal vía de comunicación por carretera, la AP-7, quedó completamente colapsada y cortada en puntos como el túnel de Pilar de la Horadada o el tramo entre Albatera y Granja de Rocamora. Los alcaldes, desesperados, lanzaban continuos mensajes a través de redes sociales pidiendo a los vecinos que abandonaran las zonas peligrosas. Cruz Roja desplegó albergues en numerosos municipios y algunos de los afectados ya saben que nunca podrán volver a sus hogares tras resultar terriblemente dañados. Municipios como Almoradí o Benferri se quedaron incluso sin agua potable.

El Centro de Coordinación de Emergencias del Consorcio Provincial de Bomberos gestionó cerca de 900 intervenciones. Se vivieron momentos de especial tensión cuando la CHS anunció que se desembalsaría agua de forma controlada desde el pantano de Santomera (Murcia), una situación que obligó a desalojar a cientos de personas en la Vega Baja. Municipios como Redován, Benferri, Granja de Rocamora o Cox resultaron gravemente afectados. La noche se preveía ayer muy larga en la Vega Baja, una comarca que vive ya 48 horas con el corazón encogido.

Más de un millar de efectivos contra el caos

Militares, Guardia Civil, Policía Nacional y agentes locales se emplean en rescatar personas y gestionar carreteras

La comarca de la Vega Baja se encuentra estos días blindada por más de un millar de efectivos de distintas fuerzas de seguridad llegados desde diferentes puntos del país para ayudar a poner orden en el caos causado en la gota fría en las últimas 48 horas.

Las Fuerzas Armadas desplegaron un total de 1.158 efectivos en Orihuela (Alicante) y en Murcia para ayudar a la población afectada por las graves inundaciones y por el desbordamiento del Río Segura. Además, se ha puesto a disposición de las tareas de búsqueda y rescate cuatro helicópteros y 300 vehículos tácticos ligeros y pesados, bombas de extracción de aguas y lodos y embarcaciones de rescate, entre otros.

El Mando de Operaciones Especiales (MOE) del Ejército de Tierra ha movilizado a un equipo de aproximadamente unos sesenta «boinas verdes» que se han desplazado a la Vega Baja para colaborar en las labores de auxilio a los afectados por la gota fría que asola la Vega Baja desde ayer. Este despliegue se suma al de 261 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME) que están en la comarca desde el jueves. Los guerrilleros del cuartel de Rabasa ya han realizado los primeros rescates de personas aisladas en el municipio de Benferri y los miembros de la UME también están rescatando por tierra y en helicópteros a personas atrapadas por el temporal.

Los «boinas verdes» del MOE se han desplazado con embarcaciones, material de escalada y vehículos militares y sanitarios. El centro de coordinación está en Orihuela y los militares del MOE y de la UME se coordinarán con la Unidad Militar de Emergencias (UME) para atender las incidencias en las que sea necesaria su presencia.

La Guardia Civil ha rescatado a un total de 678 personas y 231 vehículos en estos tres días de gota fría en la provincia de Alicante.

Además del despliegue de los efectivos del MOE, el dispositivo de asistencia a los afectados cuenta con Guardia Civil y Policía Nacional, además de helicópteros equipados con grúas y cestas de rescate.