Las intensas lluvias por la gota fría que recorrió la provincia en los últimos días también se dejó nota, y con fuerza, en las dos principales ciudades de la provincia, aunque con consecuencias menores que las registradas en la Vega Baja. En la capital alicantina se registraron entre 90 y 110 litros por metro cuadrado sin causar graves daños aunque sí problemas puntuales y el rescate de siete personas en distintos puntos de la ciudad. Además, el Centro de Acogida e Inserción (CAI) duplicó su capacidad para albergar a 122 personas.

Éste es el balance de la situación que realizó ayer el alcalde, Luis Barcala (PP), quien también se refirió a las infraestructuras antirriadas, cuyo buen funcionamiento aliviaron a la ciudad tras las intensas lluvias del pasado jueves. Aguas de Alicante informó ayer de que no fue necesario abrir las compuertas del parque La Marjal en la zona del Golf. Mientras, el depósito anticontaminación de San Gabriel recogió 60.000 metros cúbicos. Aparte del corte de viales en La Cañada, El Palamó y San Gabriel, el alcalde destacó las «zonas puntuales» de Playa San Juan que «siempre dan problemas en situaciones similares» y a las que «hay que dar ya una solución definitiva».

Tras la reunión de seguridad celebrada a media mañana, el alcalde acordó levantar la mayoría de las medidas preventivas establecidas con motivo de la gota fría al evolucionar «positivamente» las previsiones meteorológicas. Así, se reabrieron los parques y jardines, recuperándose la actividad al aire libre y las actividades deportivas y permitiéndose la instalación de veladores y de mercadillos que se habían prohibido en los dos últimos días. No obstante, se decidió mantener la prohibición del baño en las playas del término municipal, donde ondeará la bandera roja hasta hoy sábado, según informó el Ayuntamiento tras la reunión del comité técnico de emergencias.

Cadena humana

Por su parte, la gota fría se saldó en Elche con 150 actuaciones por parte de la Policía Local, por caída de postes y de cascotes, corte de cauces y de barrancos, rotura de cristales, pequeños hundimientos de asfalto. Doce personas se quedaron atrapadas en sus vehículos en las partidas de Torrellano, Vía Parque, Santa Ana y Saladas y fueron rescatadas por la Policía. Incluso cinco agentes tuvieron que hacer una cadena humana para sacar a una mujer que su coche estaba dirigiéndose a un barranco.

La Policía también tuvo que evacuar a setenta personas del camping de la pedanía Balsares y de madrugada se evacuaron las últimas parcelas del camping internacional de La Marina, donde el agua les llegaba hasta las rodillas.

El albergue de Cáritas, por su parte, se vio desbordado y tuvo que habilitar camas en sus pasillos para acoger de manera extra a cuarenta personas vulnerables, con el objetivo de que no pasaran la noche al raso. Igualmente DYA abrió sus instalaciones y acogió a seis personas y Servicios Sociales habilitó el centro social de Altabix que finalmente no fue necesario utilizar. Cruz Roja también realizó un despliegue especial. El Ayuntamiento agradeció ayer la solidaridad de estas asociaciones y de las fuerzas y cuerpos de seguridad.

El edil de Emergencias, Ramón Abad, aseguró que el teléfono de la Policía Local fue un hervidero de llamadas de agentes fuera de servicio y de vacaciones que se presentaron de manera voluntaria para colaborar. Igualmente, agradeció la colaboración ciudadana que a través de distintos canales quiso apoyar.

El Ayuntamiento de Elche restó ayuda a la localidad vecina de Santa Pola, con unidades policiales y medios técnicos ante la situación de emergencia que está sufriendo.

El alcalde ilicitano, Carlos González, reconoció que la del jueves había sido «una noche dura en el municipio y las pedanías y que afortunadamente no ha habido daños personales». El regidor socialista también dijo que «no va a ser fácil restablecer la normalidad ante los múltiples daños personales que ha sufrido la ciudad».

Por otro lado, la Junta de Gobierno local aprobó ayer una moción para pedir a la Dirección General de Carreteras de la Conselleria soluciones para los encharcamientos que se producen en la carretera de Santa Pola CV865 y que dejan incomunicados a vecinos de Alzabares y del barranco de San Antón. El portavoz Héctor Díez ha señalado la necesidad de que el Consell incluya en el proyecto de desdoblamiento de la carretera la construcción de colectores o lo que estime oportuno.

En Crevillent

Además de algunos cortes de caminos rurales como el que sube al merendero de San Cayetano, los problemas en Crevillent se concentraron en las pedanías colindantes con la Vega Baja (San Felipe Neri, El Realengo, Las Casicas y Rincón de Pablos). En estas pequeñas poblaciones, los servicios de Emergencias repartían sacos de tierra para contener el agua y cortaban vías, además de informar a los vecinos sobre la posibilidad de desalojo, un hecho del que todavía anoche estaban pendientes.

El alcalde, José Manuel Penalva (de Compromís), informó a última hora de que el albergue habilitado por Cruz Roja en el pabellón de Els Arbrets siguió abierto durante todo el día por si era necesario apoyar a otros municipios vecinos para asistir a personas que pudieran ser desalojadas ante el desbordamiento del Segura. Candela aseguró que el despliegue de medios está activado ya que disponen de grúas y muros de contención en el linde con Catral.