Una de las derivadas negativas del temporal que ha asolado la Vega Baja ha sido el hundimiento de un canal del Tajo-Segura en Albatera, infraestructura clave para que llegue el agua del Tajo a la provincia, en concreto al pantano de Crevillente, de donde capta el agua Riegos de Levante (20.000 agricultores). El Sindicato Central del Acueducto Tajo-Segura calcula tras hablar con los técnicos que, como mínimo, la avería no se solucionará hasta dentro de un mes. De momento, en el aire el último trasvase aprobado para septiembre de 16,1 hm³ de agua. Caudal que se puede perder si no se trasvasa antes del próximo día 30, cuando finaliza el año hidrológico.

Pese que estos momentos pueda parecer que no hay problemas para los próximos meses, lo cierto es que el agua caída solo garantiza el riego de los cultivos regados con cauda del Tajo hasta noviembre. La gran tecnificación de los regadíos (goteo) requiere que el agua llegue a presión, y esto solo es posible con el caudal del trasvase. La desaladora de Torrevieja sigue si estar conectada con el embalse de Crevillent, que en estos momentos está muy bien, al 70% de su capacidad, por lo que el problema no es urgente. No obstante, nadie sabe a ciencia a ciencia cierta cuándo podrá reanudarse el envío de agua desde los embalses de Entrepeñas y Buendía.

Las consecuencias de la ruptura coincidieron ayer, curiosamente, con la publicación en el BOE de la aprobación del trasvase para este mes, hoy imposible. El Gobierno ha autorizado un nuevo trasvase desde los embalses de Entrepeñas-Buendía, a través del acueducto Tajo-Segura, de 16,1 hm3 para septiembre para atender las necesidades hídricas de las cuencas receptoras.

El informe de situación, elaborado por el Centro de Estudios y Experimentación de Obras Públicas (CEDEX) y tomado en consideración por la Comisión indica que, a 1 de septiembre de 2019, el volumen embalsado en Entrepeñas y Buendía era de 481,2 hectómetros cúbicos y queda aún un volumen pendiente de trasvasar a esa fecha de 6,6 hectómetros cúbicos, por lo que el volumen de embalse efectivo es de 474,6 hectómetros cúbicos.

La cifra es inferior al volumen de referencia de 631 hectómetros cúbicos que corresponde al mes de septiembre, por lo que se ha constatado que el sistema sigue en situación hidrológica excepcional o de nivel 3 en la que entró durante el mes de mayo.

Por su parte, ASAJA-Alicante, en una primera estimación sobre los daños provocados en los en cultivos por la gota fría, los han calificado como una catástrofe sin precedentes», según Eladio Aniorte, presidente. La situación afecta a las 150.000 hectáreas de superficie que van desde Elche hasta Pilar de la Horadada, alcanzando también el área de Villena-La Encina. En las dos comarcas más castigadas, Vega Baja y Alto Vinalopó, de momento, y a falta de ver como termina el temporal ya se prevén pérdidas millonarias «que aún no podemos cuantificar con exactitud, puesto que la mayoría de las parcelas siguen totalmente anegadas y es imposible acceder a ellas. El dato que sí podemos avanzar es la pérdida del cien por cien de los cultivos hortícolas, patatas, batatas, bonitos, brócoli, coliflor y zanahoria».

El abastecimiento para el consumo urbano no peligra

El abastecimiento urbano está garantizado, tanto por las desaladoras como por la propia agua del Tajo -al Taibilla le llega por un canal diferente al del regadío y las buenas reservas del embalse de la Pedrera, donde recoge el agua la Mancomunidad. No obstante, existe preocupación porque si la avería del trasvase perdura en el tiempo habría que aumentar la compra de agua desalada y repercutir sus costes en el recibo del agua que se paga trimestralmente.