La gota fría anegó ayer los campos de cultivo de la provincia. Lluvias que en algunos casos producen un efecto positivo en la agricultura, pero que en otros dejan pérdidas millonarias y retrasos en la planificación de los agricultores, a lo que hay que sumar los daños en los bancales y caminos por el arrastre del agua.

En el Camp d'Elx se sigue con mucha atención el desarrollo de la gota fría, con el deseo de que no deje granizo que pueda echar a perder toda la cosecha de la granada mollar. Así lo reconocían ayer desde el Consejo Regulador de la Denominación de Origen Granada Mollar de Elche cuando explicaban que «este agua puede ser muy buena porque el granado está en su recta final, a un par de semanas de la recolección, y el agua es beneficiosa para que la granada tenga más calibre y calidad». No obstante, apuntaban desde la DO, «el peligro puede venir si la lluvia viene acompañada de granizo. Si no hay granizo, esta situación es buena para la mollar».

Del mismo modo se expresaban en Asaja, donde, no obstante, admitían que «aunque la lluvia es buena para la granada mollar, no lo es tanto para las variedades tempranas que están siendo recolectadas». En este sentido, el agua puede dañar el fruto y dejarlo inservible para el mercado, con las pérdidas que eso suponen para los agricultores.

Más allá de los granados, lo que sí que ha afectado la lluvia es la plantación de hortalizas de invierno. Pedro Valero, de Asaja Elche, explicó que «los campos ya estaban preparados para plantar y ahora va a ser más costoso, y va a suponer un retraso en la plantación de todo lo que no se haya plantado ya». Por suerte, reconocían ayer en el Camp d'Elx, «hay muchas plantaciones que ya se han hecho, como las alcachofas, que van a recibir bien el agua, pero quedan muchas hectáreas de romanesco, brócoli o coliflor que se van a tener que retrasar».

La lluvia, explican los agricultores, también puede ser beneficiosa para los olivos, pero, por contra, ha paralizado la recolección de la almendra en zonas como la del Comtat, o por el arrastre que produce el agua, como ha sucedido en la Vega Baja con las inundaciones.

Además, las precipitaciones abundantes han empezando a ocasionar daños en la uva de mesa embolsada del Vinalopó. Concretamente se ha empezado a detectar el rajado del grano en las variedades Ideal, Red Globe y Doña María, porque la Victoria ya está cosechada en su práctica totalidad. El exceso de humedad aumenta el tamaño de la uva por sobrehidratación y abre su fina piel. Los perjuicios, de momento, son mínimos pero en algunas fincas también se ha detectado la aparición del «cracking», al que los agricultores llaman el «mal de la uña», que afecta igualmente al grano.

La cosecha de esta campaña se preveía muy buena tanto en cantidad como en calidad. Sin embargo, este episodio de gota fría tiene en vilo a los productores del Valle de las Uvas, en el que están los municipios de Novelda, Monforte del Cid, Agost, Aspe, La Romana, Algueña y Hondón de las Nieves. Si continúan las lluvias y las temperaturas experimentan una subida podrían aparecer el temido hongo de la brotitis.

Por eso los agricultores de esta zona de la provincia esperan que el episodio de gota fría acabe pronto y el tiempo se torne seco con viento de Poniente. Sería la situación climatológica ideal para que la cosecha de este año no se vea mermada en cantidad ni calidad. Un momento crítico para el sector porque, ante el incremento que ha experimentado el seguro agrario en el último año, un alto porcentaje de productores no ha podido contratar pólizas para garantizar las cosechas.