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La provincia recibe el triple de lluvia en un año por efecto del cambio climático

Las precipitaciones registradas entre septiembre de 2018 y agosto de 2019 se concentran casi por entero en tres grandes episodios

Playa de la Albufereta de Alicante después de una tormenta el pasado agosto. Pilar Cortés

El cambio climático ha propiciado que la lluvia acumulada en la provincia en el último año haya sido mucho mayor que en ejercicios anteriores, llegando a caer el triple de agua en algunas comarcas. Las precipitaciones registradas en el año agrícola, entre septiembre de 2018 y agosto de 2019, han superado de manera casi generalizada los 500 litros por metro cuadrado en las zonas tradicionalmente más lluviosas de la demarcación alicantina, como la Marina Alta y el este de El Comtat, según los datos recabados por la Associació Valenciana de Meteorologia (Avamet). Pero además, han rondado los 400 litros en zonas habitualmente más secas, como l'Alacantí, el Baix Vinalopó y la Vega Baja, cifras muy por encima de las registradas entre septiembre de 2017 y agosto de 2018.

Algunas cantidades acumuladas son espectaculares. El punto de la provincia donde más ha llovido en el último año es la Vall d'Ebo, con 1.325,8 litros por metro cuadrado. Cerca de allí, en Benissili, en la Vall de Gallinera, también se han acumulado 1.195,2. No obstante, sorprenden incluso más los 503,8 litros de Torrevieja, los 446,6 de Torrellano o los 388,4 de Alicante, entre otros datos, por tratarse de zonas donde no es habitual que se recoja tanta lluvia. En cualquier caso, en esta diferencia entre las precipitaciones del último año agrícola y el anterior hay un rasgo característico, que se da en todo el territorio provincial: las lluvias se han acumulado casi por entero en tres momentos muy concretos, en los que se produjeron grandes temporales.

Esos episodios de fuertes lluvias tuvieron lugar en noviembre de 2018 y en abril y agosto de este año. El primero afectó de manera más especial al norte de la provincia, sobre todo la Marina Alta, mientras que el segundo fue absolutamente generalizado y el tercero se ha centrado más en l'Alacantí. Además, este periodo de inestabilidad continúa en esta primera quincena de septiembre. El hecho de que se hayan alternado periodos de fuertes precipitaciones de corta duración con otros más largos en los que no ha caído una gota ha podido producir la sensación de que ha llovido menos, cuando la realidad es justo lo contrario: ha llovido más, pero de manera mucho más concentrada y de forma torrencial.

Es bastante probable que la situación que se ha dado en el último no sea circunstancial, sino que tienda a repetirse con frecuencia. Así lo apunta el geógrafo del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante (UA) Samuel Biener, quien hace hincapié en que el último año agrícola «ha sido bastante atípico», y que «aún ha sido más extraño en la zona sur de Alicante», donde en el mes de agosto y el inicio de septiembre -que ya queda fuera del año agrícola analizado- se han sucedido varios episodios de lluvias fuertes. Esto no es nada frecuente, hasta el punto de que el de 2019 ha sido el mes de agosto más lluvioso en la ciudad de Alicante desde que hay registros. Sin embargo, destaca, las precipitaciones intensas «están apareciendo cada vez más en épocas en las que antes no eran habituales», mientras que octubre tiende a ser más seco. Biener señala que se está produciendo «un cambio de patrón en las lluvias», de forma que los fenómenos torrenciales que hasta ahora se asociaban al otoño pueden producirse en cualquier momento del año.

El climatólogo cree «preocupante» el incremento de los «extremos pluviométricos», de manera que los temporales de lluvias torrenciales se alternan con sequías «más cortas pero más severas». No obstante, considera que el factor más relevante es «el aumento de las temperaturas, sobre todo las mínimas», algo que vincula al cambio climático. Esto está detrás de las conocidas como «noches tropicales» en las que el termómetro no baja de los 20 grados, y que ahora son la tónica habitual de los meses de verano cuando hasta hace no mucho eran algo excepcional. Además, pone el foco en el aumento de la temperatura del mar, «de un grado en el Mediterráneo desde la década de 1980», y que favorece que se produzcan lluvias torrenciales ante cualquier entrada de aire frío debido al contraste térmico. De esta forma, la irregularidad -y la imprevisibilidad- del clima se ha acentuado todavía más.

Aparte de las consecuencias sobre la vida diaria, Biener alude a la incidencia de las lluvias torrenciales sobre el medio natural, puesto que «la erosión socava los suelos y favorece la desertización». En este sentido, el director del Laboratorio de Climatología, Jorge Olcina, también señala que las ciudades «deben ir preparándose para realizar obras de captación de aguas pluviales que permitan soportar intensidades de 100 litros en 1 hora». Esto es sólo un ejemplo de cómo «urge la puesta en marcha de planes de adaptación al cambio climático, porque nuestro clima actual ya no es el mismo que teníamos en la provincia hace 30 años».

Olcina critica que «se utilice alegremente el mensaje de la sequía» cuando este año está siendo mucho más lluvioso que la media. Lo que ocurre, agrega, es que «el cambio climático, que ya es una evidencia, obliga a adaptarse» en todos los ámbitos de la sociedad.

Aviso de temporal en toda el área mediterránea a partir de mañana

Aviso de temporal en toda el área mediterránea a partir de mañana El mes de septiembre ha comenzado con más lluvias intensas en la provincia, como las registradas en la mañana del sábado en Alicante, con 40 litros por metro cuadrado, y que causaron algunas incidencias como vertidos de aguas fecales. La jornada de ayer fue mucho más tranquila, con cielos poco nubosos y temperaturas suaves, y para hoy no se esperan grandes cambios. Sin embargo, a partir de mañana la situación puede complicarse, y de manera notable, ya que la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) ha advertido de una gota fría que afectaría a toda el área mediterránea, aunque en la Comunidad Valenciana se manifestaría sobre todo el miércoles. El Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante advirtió también ayer de la posibilidad de que se produzcan lluvias muy intensas a partir del martes por este mismo fenómeno, que podrían dejar acumulados de más de 300 litros por metro cuadrado. No obstante, existe aún una cierta incertidumbre en torno a la trayectoria que pueda tener la gota fría a lo largo de la semana, y de eso dependerá que haya finalmente precipitaciones torrenciales. Cabe la posibilidad también de que las lluvias se prolonguen varios días aunque con una intensidad moderada.

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