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Más de 5.500 alumnos de la provincia reanudan las clases en barracones

El colegio Doctor Esquerdo de La Vila acumula 40 años en prefabricadas y otra decena de centros supera una década con aulas de hojalata

Operarios ultiman la instalación de los nuevos barracones en el patio del colegio La Cañada del Fenollar, cuyos alumnos no podrán empezar las clases el lunes. Pilar Cortés

Mas de 5.500 alumnos de la provincia se ven obligados a reanudar un curso más, mañana lunes día 9, en aulas prefabricadas. Para centros como el colegio Doctor Esquerdo de la Vila Joiosa son ya 40 años íntegramente en barracones, y otra decena de colegios e institutos ubicados en la mayoría de las comarcas alicantinas, superan por su parte la década en aulas de hojalata.

Uno de estos últimos, La Cañada del Fenollar en Alicante, ni siquiera podrá iniciar el curso en las prefabricadas, porque los nuevos módulos de metal no se han instalado a tiempo. La Conselleria de Educación decidió renovarlos completamente para este curso porque su deterioro generaba inundaciones de aulas y pérdidas de clase cada curso, 13 años después de que se instalaran. Pero una vez más, la demora de la Administración impide que mañana estén todos los servicios necesarios a punto, y la dirección territorial ha optado por una entrada progresiva del alumnado con la previsión de que dos días después del arranque del curso esté todo en orden.

La familias que no tienen dónde dejar a sus hijos esos primeros días del curso han acordado con la dirección del centro instalar unas carpas en el patio mientras se acaban de dotar las aulas. No habrá clase, pero sí actividades lúdicas y de entretenimiento mientras los políticos competentes, del PSOE y Compromís en el Consell y del PP en el Ayuntamiento, se echan las culpas mutuamente por no tener lista la licitación de las obras del nuevo colegio previsto en el Plan Edificant de construcciones educativas.

Mientras Educación afirma que el secretario autonómico firmó el 11 de junio la delegación de competencias para que el Ayuntamiento lleve la construcción al pleno, la edil Julia Llopis sostiene que si dicha autorización no sigue los cauces correspondientes y no se sube a la plataforma de Edificant, en el Consistorio alicantino no pueden elevarlo al pleno. «He visitado el centro hasta siete veces este verano y agilizado todo lo que está en nuestra mano, pero la conselleria ha retrasado mucho los nuevos barracones y no llegan a tiempo», lamenta la edil.

Las trasiegos con este centro se multiplican en el resto de los barracones que jalonan la provincia y que no acaban de ser erradicados pese al firme compromiso del Botànic por borrarlos del mapa escolar.

Incluso se van a instalar algunos también nuevos y por primer año en el colegio Lo Romero de Sant Joan, por las pésimas condiciones de mantenimiento del colegio original. Casi medio millar de escolares retrasarán la vuelta a clase en este caso hasta el día 17 de septiembre, para dar tiempo también a que se terminen de instalar las aulas prefabricadas.

Es algo similar a lo que tuvieron que pasar los escolares del colegio La Almadraba de Alicante hace dos cursos, en que estrenaron barracones porque el Instituto Radio Exterior en el que estaban ubicados provisionalmente ya no daba más de sí. El curso siguiente el Consell añadió una segunda planta y ahora alumnos y profesores están pendientes de que se licite la obra de fusión de ambos centros, colegio e instituto, con la que la Conselleria de Educación prevé resolver los problemas de espacio que obligaron a poner barracones en el patio.

También en este caso se produce un choque de trenes entre las dos administraciones competentes, Consell y Ayuntamiento. Mientras desde Educación sostienen que la separación física de ambos centros está dotada con 2,9 millones de euros y en la fase final del proceso de adjudicación, para hacer las obras el año que viene «siempre que el Ayuntamiento de Alicante conceda la licencia de obras», desde la concejalía, Llopis subraya que «lo coherente sería construir un colegio nuevo y devolver espacios al instituto, pero no vamos a poner impedimentos desde el Ayuntamiento. Parece que hay problemas administrativos de otro orden», aventura.

En cualquier caso y mientras se resuelven los trámites, 200 escolares de La Almadraba vuelven este curso a los barracones.

Como también sucede con los de otros siete centros de la provincia que escolarizan a 1.700 alumnos, aunque que son los que más cerca están de abandonar los barracones, porque se trata de los que tienen ya la adjudicación de obras y el presupuesto de Educación sobre la mesa. Entre ellos, La Xara de Dènia, cuya conclusión se prevé por 2,6 millones de euros para el curso 2020-21. De ser así, este sería el último que pasen rodeados de hojalata 150 alumnos.

Algo más abajo, en Villajoyosa, otros dos colegios están a las puertas de iniciar obras, el Gasparot y el Doctor Esquerdo, con una media de 6 millones de euros de presupuesto cada uno, noticias esperanzadoras entre el mar de prefabricadas para los 750 alumnos afectados en ambos centros.

Replanteo

En el Bracal de Muro también parecen ver la luz después de once cursos sus 400 alumnos. Aunque las obras tardarán algo más de un año, ya están ofertadas por 5 millones de euros. Son mejores perspectivas porque se ha firmado hasta el acta de replanteo, y si todo va bien en octubre de 2020 dirán adiós al centro de metal, según la información facilitada por el alcalde, Gabriel Tomás, quien reconoce que el estado de los barracones es «lamentable» porque con las últimas lluvias «han vuelto las goteras».

El Amanecer de Torrevieja, por su parte, tiene que esperar hasta fin de año para ver licitada la nueva obra. Íntegramente en barracones desde hace ya quince años, están datados entre los más antiguos del país junto a los de La Vila Joiosa, y también los farragosos trámites han retrasado su construcción porque la parcela estaba en zona inundable.

Muy cerquita, en el instituto Tháder de Orihuela, esperan por su parte veinte años a erradicar las prefabricadas, aunque en este caso afectan a la mitad de los 534 alumnos. Son 200 los que se escolarizan en los barracones ubicados en el patio y por lo menos deberán seguir así otros dos años, porque las obras está previsto que arranquen en el plazo de un año. Sin dejar la Vega Baja, Almoradí reúne otros tres colegios con prefabricadas desde hace diez años, y todos ellos al 130% de su capacidad, por lo que ansían el anunciado nuevo colegio de tres líneas previsto en Edificant para 2021 o 2022.

Elche cuenta a su vez con tres colegios con barracones. La Paz, de la pedanía de Torrellano, tiene cinco prefabricadas renovadas este verano tras una década, con la previsión de tener el nuevo centro durante 2020. La Baia escolariza a 175 niños en aulas de metal y su ampliación espera a que se contrate la asistencia a la dirección de la obra. Además tiene que salir a licitación la del colegio La Galia, con otra prefabricada.

Algo más sangrante es la situación en Santa Pola, con catorce barracones en el Vicenta Ruso para 300 alumnos, pendientes del segundo colegio en Gran Alacant, incluido en el Plan Edificant.

El de Dama de Guardamar tampoco se prevé inaugurar antes de 2021, aunque ya está dotado con 5 millones de euros. Son nueve años ya de espera para otros 287 niños de Infantil y Primaria, toda una generación escolarizada íntegramente en barracones como tantas otras en la provincia.

Esos mismos nueve años son los que llevan en barracones los 300 alumnos del Rico Sapena de Castalla, desde que en octubre de 2010 el centro se viese obligado a desalojar uno de sus edificios por riesgo de derrumbe. El inmueble se demolió y los escolares se reubicaron hasta la fecha en prefabricadas, pendientes de las nuevas instalaciones incluidas asimismo en el Plan Edificant.

Una historia que parece que se repite sin muchas variaciones en los veinticinco centros con aulas provisionales que jalonan la provincia y entre los que también figuran tres centros en Elda, Sax y Petrer con más de un millar de niños afectados, entre los que el más adelantado es el proyecto del Santa Infancia de Elda después de una década.

A ellos se suman otros 700 estudiantes del Instituto Pere María Orts de Benidorm, el primero construido en esta localidad y al que hace nueve años se añadieron 20 flamantes barracones.

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