De un ictus se puede salir pero no siempre indemne. En muchos casos hacen falta cuidados y rehabilitación especializada para conseguir recuperar (total o parcialmente) la autonomía de la que se disfrutaba anteriormente. En la Comunitat Valenciana son más de 12.000 las personas que, al año, sufren daño cerebral adquirido (DCA) como el que queda tras un ictus pero son pocos los que, tras salir del hospital, encuentran el tratamiento adecuado en la sanidad pública que cuenta con unos servicios ambulatorios pobres y saturados. De hecho, se atiende solo a uno de cada cuatro casos que lo necesitan: unos 674 de más de 2.700 pacientes y solo unos 120 en recursos completamente públicos (Hospital de la Magdalena, Doctor Moliner y Hospital Militar).

Para solventarlo, la administración va a contratar la atención ambulatoria para los pacientes de la sanidad pública con tres empresas que ya venían ofreciendo el servicio de forma privada: la Clínica Neural (con sedes en Valencia, Castelló, Alicante, Elx y Dénia); las Hermanas Hospitalarias (con sede en València en el centro del Carmen del Cabanyal) y la clínica Maisonnave (en Alicante). Las tres se harán cargo de más de 500 pacientes públicos al año a través de este contrato que aún debe formalizarse y que tiene un presupuesto de 16 millones de euros y una duración total de 4 años. Eso sí, la externalización del servicio no solo conlleva la derivación de pacientes. Sanidad quiere que se establezcan nueve puntos de atención distribuidos en 9 departamentos de salud diferentes y facilitar un acceso territorial más equitativo para todo el territorio. Así, a través de sus clínicas actuales o las nuevas que abran, Neural atenderá a los pacientes del departamento del Arnau de Vilanova-Llíria; el Clínico, Requena, La Ribera, Gandía y Alcoi; las Hermanas Hospitalarias gestionarán el área de La Fe y , Xàtiva y la Marina Baixa estarán en manos de la empresa Maisonnave.

Problemas de acceso

Según las cuentas de la administración, los pacientes derivados aumentarán del medio millar actual, ya que ahora la demanda de atención ambulatoria está por debajo de la «real» por los problemas de acceso que existen.

Actualmente ni existe una red territorial adecuada ni mucho menos acuerdos claros de acceso lo que deja problemas de equidad territorial y trabas administrativas para los pacientes ya que el proceso no está concertado. Además, con el nuevo contrato, se quiere evitar el «gasto extra» que suponen las facturas sin contrato de las clínicas privadas por cada paciente derivados.

Según las expectativas de la Conselleria de Sanidad, si actualmente el coste de estas derivaciones está «entre los 4 y los 7 millones», el objetivo es que esta cifra se reduzca ya que el servicio externalizado tendrá un coste de 4 millones anuales.

Castelló, sin refuerzo

La decisión de elegir estos nueve departamentos y no otros se ha hecho teniendo en cuenta el número de pacientes derivados al año y la máxima de que las clínicas de atención ambulatoria que se abran o den estos servicios estén «a menos de 30 kilómetros» del hospital de referencia para facilitar el acceso a la rehabilitación sobre todo teniendo en cuenta que se trata de pacientes con problemas de movilidad.

Tras aplicar este análisis se queda fuera, por ejemplo, toda la provincia de Castelló ya que, según los últimos datos, ni desde el departamento de Vinaròs ni desde el del Hospital General de Castelló se derivaron pacientes a la privada. Desde la Plana fueron solo dos. En este caso, uno de los pocos centros públicos con servicios especializado de atención ambulatoria a pacientes con daño cerebral adquirido estaría absorbiendo esta demanda, el Hospital de la Magdalena .

Junto a los otros dos recursos públicos en marcha, en el hospital Militar de Mislata y el Doctor Moliner de Serra, se atienden algo más de un centenar de pacientes al año, cuando son 2.700 los que necesitarían el servicio al año del total de 12.000 valencianos que sufren DCA anualmente. Sanidad reconoce que sus recursos, a día de hoy, son escasos y están saturados, de ahí que se optara por sacar este contrato que ahora está a punto de entrar en su recta final.