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La industria alicantina echa el freno

La desaceleración del comercio mundial, el Brexit y la incertidumbre en el mercado nacional truncan la recuperación del empleo en el sector fabril de la provincia tras cinco años de crecimiento

Aparadoras en una fábrica de calzado de Elda. Áxel Álvarez

El sector industrial no atraviesa su mejor momento. El freno en el comercio internacional que ha supuesto la guerra comercial entre Estados Unidos y China, junto con la incertidumbre generada por el Brexit o el alza de los populismos en otros países empiezan a hacer mella en la cartera de pedidos de las fábricas de todo el mundo. Una situación que ya ha situado a la todopoderosa Alemania al borde de la recesión y de la que tampoco escapan ni los productores españoles ni los alicantinos que, a todo lo anterior, suman la inestabilidad por la falta de Gobierno y los problemas particulares que los cambios en la demanda o el avance del comercio online han generado en sectores como el calzado, el juguete o el mármol.

El resultado es que, tras cinco años de crecimiento ininterrumpido del empleo entre 2013 y 2018 -en los que se llegaron a generar casi 13.500 nuevos puestos de trabajo en la industria manufacturera de la provincia-, la progresión se ha frenado en seco, y en los últimos 12 meses incluso se han destruido algunas ocupaciones. En concreto, frente a los 74.202 asalariados que trabajaban en las fábricas de la zona en julio del año pasado, se ha pasado a 73.930, es decir, 272 menos, según datos oficiales.

Se trata de un retroceso mínimo pero que indica todo un cambio de tendencia y contrasta con el empuje -o inercia, según se vea- que aún mantienen otras actividades, como la hostelería, que sumó casi 3.300 afiliados en el mismo periodo, o el comercio, que añadió otros 2.000. Y la situación tampoco pinta bien de cara al futuro. «Este verano nos estamos encontrando que, junto con las finalizaciones de contrato habituales que se producen en julio y agosto -que algunos empresarios usan para ahorrarse las vacaciones-, también nos están llegando bastantes más despidos, lo que no augura nada bueno», señala secretaria general de CC OO en las Comarcas Centrales, Manuela Pascual.

Del mismo modo, el número de empresas dadas de alta en la Seguridad Social -lo que significa que tienen al menos un empleado contratado- se ha reducido en casi un centenar, hasta las 6.164; y el Índice de Producción Industrial que elabora el INE anota una caída anual en la actividad. También el propio Comité Económico y Social de la Comunidad Valenciana alertaba en su última memoria de que el sector secundario de la autonomía pasó de crecer por encima de la media del PIB en 2017 -cuando anotó un avance del 6,3% frente al 4,3% general- a hacerlo la mitad y convertirse en el farolillo rojo de la economía valenciana.

Pero más allá de los indicadores macro, son los propios empresarios los que no ocultan la ralentización que vive la actividad ni la preocupación que les genera. «En nuestro caso hemos notado una caída bastante significativa del mercado nacional en lo que va de año, sobre todo en el segundo trimestre, y aguantamos el tirón con exportaciones. Pero las perspectivas no son nada halagüeñas conforme está el panorama», asegura el presidente de la Asociación de Empresarios del Textil de la Comunidad (Ateval), Càndid Penalva, quien señala que los recientes tratados de la UE con Canadá y Japón han ayudado algo a compensar la situación en otros destinos, por lo que considera un error que se paralizara el acuerdo con los países del Mercosur.

El golpe de la automoción

El golpe de la automociónTambién desde la Asociación de Empresarios de Ibi y la Foia de Castalla (Ibiae), donde se concentra la industria de inyección del plástico y auxiliar del juguete, confirman que los encargos se espacian cada vez más. «Antes lo normal era que las fábricas acumularan pedidos para 12 meses, ahora muchas tienen trabajo para tres y no saben qué vendrá luego. No pueden planificarse, no hay continuidad en los encargos», apunta el director de la citada patronal, Héctor Torrente. En la comarca también han afectado bastante las dificultades por las que atraviesa el sector de la automoción debido la caída de las matriculaciones y la transición hacia el coche eléctrico. Muchas compañías de la zona producían piezas para los proveedores de las grandes fábricas españolas y europeas y ahora han acusado el golpe que ha supuesto el cierre de líneas de producción en varias de ellas.

La incertidumbre también consume a los fabricantes de zapatos, que están a la espera de que arranque la nueva temporada de ferias para pulsar por dónde puede encaminarse la próxima temporada. «En estos momentos las empresas están siendo muy conservadoras porque la situación no acaba de estar clara», asegura la presidenta de la patronal autonómica del ramo (Avecal), Marián Cano. Los productores alicantinos de calzado acaban de cerrar el primer semestre con un pequeño retroceso del 0,4% de las exportaciones y el mercado nacional dista mucho de ser lo que era antes de la llegada de la crisis.

Cuestión de modas

Cuestión de modasEn su caso, a la guerra arancelaria, el Brexit o la desaceleración alemana hay que sumar otros factores propios como la moda ya que, por ejemplo, la tendencia a usar «sneakers» -zapatillas- perjudica a quienes fabrican en la provincia, que están especializados en otros segmentos. Pero, sobre todo, el gran problema que tienen por delante los zapateros es el auge del comercio online, que está llevando al cierre a muchas de las tiendas físicas que suponían el grueso de su clientela. Aunque algunas marcas han optado por desarrollar sus propios portales para vender directamente a través de internet, hacerse un hueco resulta muy difícil y requiere de una inversión que, en un momento de desaceleración, no todos pueden afrontar.

En una situación muy similar se encuentran también la industria juguetera, según reconoce el presidente de la AEFJ, Juan Antonio Pastor. El sector ya sufrió notablemente el año pasado con la quiebra de Toys R Us a nivel mundial -aunque en España los establecimientos siguen funcionando- y de otras cadenas, que se sumaron a una evolución del consumo también negativa. «No hubo una semana buena», recuerda Pastor sobre la última campaña de Navidad, «y este año ha costado de arrancar. Hasta junio no hemos estado en positivo». En su caso, la escasa dimensión de la mayoría de empresas del ramo les complica aún más vender directamente, aparte de que desde la AEFJ consideran que la solución a los cambios que comporta la nueva economía digital debe buscarse de la mano de la distribución tradicional, que siempre han sido sus clientes.

Otro de los grandes sectores industriales que más está sufriendo en estos momentos es el de la piedra natural. Como reconocía hace unos días el presidente de Mármol de Alicante, David Beltrán, el negocio sufre caídas en casi todos sus mercados, ya sea por la competencia de otros materiales, como la cerámica, o por el hecho de que la industria local sea muy dependiente del color crema marfil, que ahora tiene escasa demanda frente al auge del mármol blanco o el negro.

Por su parte, desde la Federación de Industria Construcción y Agro de UGt, Daniel Argente resta importancia a la caída del número de ocupados de los últimos doce meses pero sí señala la necesidad de unas políticas de apoyo a la industria más decididas para evitar que la situación se deteriore más. Una reivindicación en la que también coincide Manuela Pascual, desde CC OO, que, además, denuncia que buena parte de la aparente recuperación de los últimos años se ha logrado a base de mantener unas condiciones laborales muy precarias en las fábricas.

En la Consellería de Economía reconocen la ralentización que sufre la industria, que achacan a causas ajenas a la Comunidad, y señalan que están realizando un seguimiento de la situación internacional con el objetivo de tomar las medidas necesarias, que pasarían, a su juicio, por reforzar la promoción en aquellos mercados donde sea necesario para dar un nuevo impulso a la exportación. También confían en que las actuaciones para promover un cambio de modelo productivo den sus frutos y recuerda que la política industrial sumó el año pasado 98 millones de presupuesto frente a los 11 de 2014.

Mármol Víctima de la caída de la demanda y de la moda

Mármol Víctima de la caída de la demanda y de la modaEl sector no logra superar la grave crisis en la que cayó con el estallido de la burbuja inmobiliaria, lo que ha llevado a que su firma más destacada -Levantina-, se viera obligada a acometer un ERE esta primavera. A la caída de la exportación de los bloques en bruto -que antes compraba China- se suma la bajada de ventas de losetas por el cambio de moda: ahora la demanda pide mármol blanco frente al marfil o el rojo de las canteras de la zona.

Calzado En busca de un nuevo canal de distribución

Calzado En busca de un nuevo canal de distribuciónLas exportaciones de los fabricantes locales llevan varios años estancadas, tras un periodo previo de fuerte crecimiento, y cerraron el primer semestre con una caída del 0,4%, hasta los 643 millones. Los fabricantes de Elche, Elda y Villena acusan en sus ventas la desaparición de tiendas físicas que está provocando el empuje del comercio electrónico y la ralentización del consumo en la UE, su principal mercado a pesar de los intentos de diversificación.

Juguete Entre el comercio online y la baja natalidad

Juguete Entre el comercio online y la baja natalidadAl igual que el calzado y otros productos de gran consumo, las jugueteras alicantinas se encuentran en la encrucijada de buscar nuevas formas de llegar al cliente final, ante el retroceso de las tiendas físicas. La caída de la natalidad supone otro desafío, al que ahora se suma la ralentización del consumo. El sector está expectante ante los planes que pueda tener la italiana Giochi Preziosi tras comprar Famosa, en una operación anunciada este verano.

Plástico e industria auxiliar Menos carga de trabajo en las factorías

Plástico e industria auxiliar Menos carga de trabajo en las factoríasCon el traslado de buena parte de la producción del juguete a China hace dos décadas, el sector diversificó su cartera de clientes hacia sectores como la fabricación de envases o de piezas para el sector de la automoción, entre otros muchos. Esta diversificación ha permitido que sobreviva un amplio grupo de compañías del plástico y el metal en la zona de Ibi y la Foia de Castalla. Sin embargo, estas fábricas no se han librado de la caída de actividad que han experimentado muchos de sus clientes, como los proveedores del sector de la automoción.

Textil La lucha por el máximo ahorro de costes para competir

Textil La lucha por el máximo ahorro de costes para competirEl sector textil es uno de los que ha acusado con mayor dureza el proceso de globalización de la economía y la competencia de los países del tercer mundo, con unos costes laborales mucho más reducidos. La automatización, la especialización en textil hogar y la apuesta por el diseño han logrado que sobreviva aproximadamente la mitad del tejido que existía en los noventa. Desde Ateval señalan el esfuerzo por lograr la máxima eficiencia de costes que realizan las fábricas que, pese a ello, tampoco se libran del freno en la demanda.

La innovación no llega a las pymes

Expertos y empresarios coinciden en la necesidad de que la digitalización alcance a las pequeñas empresas

El secretario general de la Federación de Empresarios del Metal (Fempa), Luís Rodríguez, asegura que la ralentización de la industria empezó a verse con claridad el año pasado, cuando lo vientos de cola que había impulsado su crecimiento en los ejercicios anteriores -el precio del petróleo, la política expansiva del BCE, etc- dejaron de surtir efecto y fueron sustituidos por la incertidumbre del Brexit y la guerra comercial. No obstante, Rodríguez también señala un problema estructural de la industria alicantina y es la falta de una apuesta más decidida por la innovación para que ésta alcance también a las pequeñas empresas, que suponen el grueso del tejido productivo alicantino. «No se ha conseguido que las ayudas lleguen a las pymes», se lamenta.

Un análisis con el que también coincide el catedrático de Organización de Empresas de la Universidad Miguel Hernández de Elche, José María Gómez Gras, que destaca alto grado de automatización y digitalización que han conseguido las empresas más punteras de la zona -las denominadas empresas tractoras-, frente a la situación del resto. Así, a su juicio, el tamaño y la productividad de las pymes de la zona sigue siendo una de las asignaturas pendientes de la economía alicantina para competir en el contexto internacional.

Por su parte, el catedrático de Economía de la UA Martín Sevilla destaca la capacidad de adaptación de la industria alicantina y recuerda que, «cuando China empezó a despegar todo el mundo daba por muerto al calzado, y ahí sigue. Si no fuéramos competitivos, ya habríamos desaparecido».

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