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El top manta se «calienta» en verano

La venta ilegal causa al comercio alicantino pérdidas anuales de 47 millones

Vendedores del top manta un sábado de este verano vendiendo en el paseo marítimo de El Campello. Héctor Fuentes

La venta ilegal ambulante, con el top manta como fenómeno más visible, se «calienta» en verano y crea problemas en la provincia sobre todo en Orihuela Costa, y Torrevieja, cuyos ayuntamientos han redoblado la vigilancia policial con campañas en favor del pequeño comercio tras las quejas del sector y de los hosteleros por la venta de productos falsificados en los lugares más frecuentados por el turismo. En Alicante se incrementa considerablemente su actividad en playas y paseos aunque la presión policial empuja a los manteros de un sitio a otro, y se dejan ver también en grupos en puntos de gran afluencia turística como Calp, El Campello y Santa Pola.

Aunque la conflictividad con los manteros no llega en estos momentos a la del verano de 2012, cuando se produjeron enfrentamientos entre vendedores y policías en la capital (hubo agentes heridos y una crisis diplomática con Senegal, que envió a su ministro de Exteriores a Alicante), se trata de un fenómeno que siempre vuelve. La venta ilegal causa al comercio provincial pérdidas anuales de 47 millones de euros.

En Barcelona, Mallorca, Madrid y Castellón se están produciendo redadas contra los vendedores, multas a los compradores de hasta 500 euros y protestas en la calle de los comerciantes. En la costa alicantina empieza a dar sus frutos la vigilancia. De la Guardia Civil en las fronteras contra la entrada de mercancía ilegal y de la Policía Nacional en operativos contra mafias de vendedores ilegales con masivas incautaciones en mercadillos, tiendas y camiones que iban a realizar entregas en zonas como la Marina Alta, Benidorm y Alicante, sobre todo en los dos últimos años. La Comunidad es la tercera en incautaciones tras Madrid y Barcelona.

Propiedad intelectual

En la provincia, la Policía Nacional ha realizado 14 operaciones por delitos contra la propiedad industrial e intelectual en lo que va de año, con 74 detenidos y 250.000 efectos intervenidos. El perjuicio en base al valor económico de las piezas incautadas habría alcanzado los 6 millones de euros. En 2018 fueron 18 operaciones con 92 detenidos y 80.000 efectos, valorados en dos millones. Hasta julio se ha multiplicado por tres el material requisado. Los agentes dirigen su acción contra grupos criminales que introducen grandes cantidades de mercancía y la distribuyen por la provincia. «Hay gente a la que se les retiran 10.000 artículos porque tienen puestos, furgonetas, almacenes y camiones llenos», explican fuentes de la Comisaría provincial.

La Asociación Nacional de Defensa de la Marca (Andema) afirma que el refuerzo de la acción policial contra las falsificaciones en los dos últimos años en la provincia de Alicante se traduce en una menor visibilidad del top manta a pie de calle, en los paseos marítimos y lugares costeros. «Alicante es un lugar altamente turístico y una tentación para los manteros. Este año el problema se concentra más en el sur, en Orihuela Costa y Torrevieja, lugares bastante complicados en cuanto a la venta de mercancías falsas», afirma su director general, José Antonio Moreno. «Aunque las policías están bastante activas en la persecución, los paseos marítimos son muy grandes. Lo importante es que haya voluntad política y de los ciudadanos para resolverlo. Es una actividad ilícita».

Según el último informe de la Oficina Europea sobre la Propiedad Intelectual (EUIPO), de junio de 2019, las falsificaciones generan en España a las empresas titulares de derechos de propiedad industrial unas pérdidas cercanas a los 7.000 millones de euros al año. Del mismo modo, el mercado paralelo de las mercancías falsas en España supone una pérdida de 53.500 puestos de trabajo.

«En ropa y calzado, por mencionar un ejemplo de un sector directamente afectado por la venta ambulante ilegal, las empresas pierden cada año 3.800 millones de euros debido a las falsificaciones», destaca el portavoz de la EUIPO, Luis Berenguer.

El comercio está de uñas contra los vendedores ilegales. «Este fenómeno no es de ahora pero en época estival va a más. Se necesita una mayor concienciación de los ayuntamientos en su persecución, por el daño a las marcas y porque atenta contra la propiedad industrial», señala Francisco Rovira, secretario general de la Federación Alicantina del Pequeño y Mediano Comercio, que engloba a 44 asociaciones en la provincia y a 10.000 negocios.

Agencia Tributaria

La patronal del comercio insta a ejercer más presión sobre las mafias, los fabricantes y los puertos de entrada de mercancía, como el de València, «por donde llegan muchas falsificaciones. Allí es donde la Agencia Tributaria y las autoridades deberían tomar cartas en el asunto». Actuando solo contra los manteros, es difícil de erradicar, «son el último eslabón de la cadena y se ganan la vida como pueden. Están en los paseos, en la playa de San Juan, el Postiguet y Urbanova, se meten por la arena y tienen personas que les avisan si pasa el quad con la Policía Municipal. El problema es cómo se abastecen ellos de productos, hay que hacerle frente».

En Alicante, la Policía Local actúa en cuanto detecta la presencia de manteros, explican fuentes municipales. El Ayuntamiento afirma que, más que multar a los vendedores, que suelen ser insolventes, se procede a requisarles la mercancía que llevan encima.

Agentes de la unidad de Ocupación de Vía Pública señalan que en la capital la situación está controlada. «Top manta como el de otros años desmadrado no hay. En julio se detectaron en la playa de San Juan, pero en cuanto fuimos se dispersaron. Se han ido a Santa Pola, El Campello, Calp, Torrevieja y Orihuela, donde están a tope». También se están desplazando hacia localidades de la provincia que celebran fiestas de Moros y Cristianos, a mercadillos y ferias.

No lo ve exactamente igual la Policía Portuaria de Alicante, a la que sobre el papel corresponde el control de la parte del paseo del Puerto más cercana al mar. El Ayuntamiento y el Puerto tenían un acuerdo para actuar conjuntamente contra la venta ambulante, «pero vamos escasos de personal y la Policía Local lo incumple y entra por su cuenta». Afirman los agentes portuarios que hay manteros, menos que otros años, pero que los fines de semana por la tarde/noche se instalan hasta medio centenar en el Paseo de los Mártires.

Erradicados

En Orihuela Costa, donde se produjeron quejas de comerciantes y hosteleros en julio por la presencia de manteros, la Policía Local ha redoblado el operativo en la zona de Agua Marina, donde las 50.000 personas que viven habitualmente se multiplican este verano hasta las 250.000. «Se detectaron más de 50 personas realizando esta actividad ilegal pero a día de hoy se ha erradicado. El dispositivo permanecerá todo el verano de forma preventiva y barajamos mantenerlo todo el año si se reactiva», afirma el concejal de Seguridad, Ramón López.

El edil considera que se trata de un problema social que requiere una solución transversal y para la que se necesita la colaboración ciudadana. Con este fin, han elaborado un tríptico con viñetas dirigido a la población «recomendando no comprar. Aparte de que la venta de productos falsificados está tipificada en el Código Penal, perjudica al comercio y comprando lucramos a las mafias que explotan a estas personas que solo se buscan la vida».

En la misma línea están operando en Torrevieja, donde la Guardia Civil colabora con la Policía Local en un dispositivo que se ha dividido la zona más afectada de paseo y playas. En julio funcionó bien y en agosto se ha reforzado, afirma el concejal de Seguridad Federico Alarcón. «Se está viendo un descenso, se ponen menos y un menor tiempo». Paralelamente se desarrolla una campaña que busca «un no al top manta de productos de mala calidad para favorecer al comercio local que paga impuestos».

Mandaye Niang: «Quiero un contrato de trabajo para poder traer a mi familia»

Vendedor senegalés de gafas en alicante. Mandaye Niang lleva 13 años viviendo en Alicante, donde ha trabajado en la obra, en almacenes y en el campo. A sus 49 años vende gafas en la zona más turística de Alicante, entre la Explanada y el Puerto, alerta para salir corriendo en cuanto oye una sirena de policía o ve una patrulla. Lleva unos tres años vendiendo en la calle, desde que se quedó sin empleo. Tiene el carné de residencia de larga duración que le autoriza a poder trabajar en España.

P ¿Viene mucho la policía?

R Todos los días tenemos que correr. No nos dejan trabajar. En Alicante estamos muy mal. Llevo aquí mucho tiempo, 13 años, antes tenía trabajo pero ahora mismo no. Vendo gafas, pero pocas.

P ¿En qué ha trabajado?

R En la obra, en un almacén, en el campo también.

P ¿Cuántas horas está vendiendo a pleno sol?

R Aquí tres o cuatro horas por las mañanas y siempre preparado para salir corriendo. Un día gano 5 euros, otros 10 euros... Me busco la vida así, me gustaría encontrar algo de trabajo porque es difícil así. He cobrado una ayuda pero ya no tengo.

P ¿Le da el dinero para comer?

R Es para comer, para comprar comida.

P ¿Vive con su familia?

R Vivo con dos amigos, de alquiler. Lo pagamos entre lo que vendemos todos. Mi familia está en Senegal.

P ¿Tiene hijos?

R Mi mujer y mis tres hijos viven allí. Dos son grandes y uno menor. Ahora gano poco dinero, y mando poco. Si no trabajo, gano poco. Quiero un contrato de trabajo para traer a mi familia aquí. Tengo papeles. Hace mucho tiempo viví siete años en Italia, allí estaba bien pero no tenía papeles, aquí sí. Tengo papeles pero no hay trabajo ahora.

P ¿Qué opina de Alicante?

R Sí. Hay gente buena pero también mala, gente que no nos trata bien, que nos hablan mal, y gente que no entiende que estamos aquí para ganarnos la vida. Gente que pasa por aquí y que dice que no podemos ponernos. Nadie nos ayuda y es muy difícil trabajar aquí. Me gustaría que alguna gente fuera más amable.

P ¿A qué se dedicaba en Senegal?

R Tenía negocios de venta de ropa. Estudié árabe en Arabia Saudí.

P ¿Qué formación tiene?

R Me gustaría tener más formación aquí pero no puedo.

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