Una agente más que abrió camino como especialista en salvamento, y será recordada tras ocho años de misiones por sus guías y aquellos a los que rescató. La Unidad Canina de los bomberos de Alicante se despidió ayer de Maya, la primera perra de búsqueda y rescate que falleció el pasado sábado después de varios meses luchando contra una enfermedad hepática, según informaron fuentes municipales.

Maya fue la precursora de las unidades de salvamento del municipio y del Grupo de Especialistas de Rescate Canino (GERCA), junto a su compañero Golfo. Ambos canes se incorporaron al cuerpo de bomberos hace ocho años tras un adiestramiento inicial.

Narciso Ayuso, quien fuera guía de la perra en el cuerpo de bomberos, lamentó su pérdida y puso en valor el trabajo del can durante todos estos años: «Era una perra muy especial que siempre estuvo dispuesta a realizar su trabajo de búsqueda y rescate, ayudar a su guía, y sus compañeros y nunca la olvidaran». Esta agente tan particular participó durante ocho años en innumerables búsquedas de personas extraviadas en los montes de la provincia de Alicante. Desde el cuerpo de bomberos destacan su papel en la localización de una mujer de 81 años que se perdió en la Serra Grossa de Alicante y a quien salvó al encontrarla viva tras dos días desaparecida.

Las habilidades de Maya también fueron requeridas más allá de los límites de la provincia, y su participación en el dispositivo especial de búsqueda de personas sepultadas durante la catástrofe del terremoto que sacudió Lorca, Murcia, en el año 2011, fue crucial.

Tras el éxito que supusieron las actuaciones de Maya y su compañero Golfo en diversas misiones, la Unidad Canina se amplió posteriormente con la llegada de Perla, Lula y Sena. Un tiempo después, y pensando en el relevo de Maya, que se encontraba cercana la jubilación, llegó Piba. Actualmente, este cuerpo especializado se renueva y está compuesto por cinco canes: Piba, Lula, Sena, Nube y Kira.