Enseñar deportes náuticos es divertido pero cuando 13 monitores tienen que repartirse hasta 100 niños entre 5 y 16 años, como ocurrió en julio, puede resultar agotador. Uno de los entrenadores del Club de Regatas, Hugo Domínguez, afirma que hay que ser un poco niñero y un poco psicólogo.
P ¿Qué enseñáis en la escuela de verano?
R Rotamos actividades para que los niños prueben distintos deportes náuticos a lo largo de la semana: vela, kayak, windsurf, paddle y big surf.
P ¿Cuál es el más divertido para los alumnos?
R Se lo pasan bien con las tablas en la playa, pero hay niños a los que les gusta más la vela y alejarse de la costa.
P ¿Qué aprenden con los deportes náuticos?
R La independencia que te da estar solo en una tabla y poder hacer las cosas bien. También superar los miedos cuando se alejan de la costa sabiendo que hay mucha agua debajo.
P ¿Les cuesta?
R Hay de todo. Lo normal es que vengan niños acostumbrados y enseguida se lanzan a hacer las cosas. Son muy echados para adelante. Siempre hay alguno al que le cuesta más pero enseguida coge la confianza.
P ¿Quiénes son más hábiles, los niños o las niñas?
R Por igual. Ellas son más independientes a la hora de hacer las cosas y a ellos les gusta ir en grupo.
P ¿Qué cualidades hay que tener para enseñar a niños en el mar?
R Con que te gusten los niños y los deportes náuticos, y tener una conciencia de cómo gestionar el grupo es suficiente. Con los más pequeños hay que ser un poco más niñero, hacer de cuidador, saber manejarlos y tenerlos entretenidos. Te tiene que gustar, si no es complicado pasar con niños cinco o seis días todas las semanas del verano. Hay que ser un poco psicólogo.
P ¿Habéis recibido algún alumno con un miedo atroz?
R Siempre hay alguno con miedo a salir en barco y tenemos que ir jugando con él. Primero pruebas con el paddle surf y le dices que estás cerca pero le vas alejando, hasta que un día le dices: mira dónde estamos, no pasa nada. Suelen ser obedientes. Si no es complicado sacarlo adelante con tanto niño a la vez en un medio hostil como es el agua.
P ¿Se caen?
R Cuando empiezan a navegar sí. Hacemos que lo vean como algo divertido para que no cojan miedo.
P ¿Y te han dado ganas alguna vez de tirar alguno al agua?
R Alguna que otra vez sí, pero hay que tener paciencia. Alguno sí que se le ha dado un remojón de broma.
P ¿Y los padres?
R A veces hay que tratar con ellos y hacerles ver que deben confiar en el entrenado, en las decisiones que toma, aunque no les gusten.