Botellas de vidrio, cajas de pizzas y de zapatos por el césped (o por lo que queda de él), tetrabricks, latas de conservas, bolsas de plástico, vasos de horchata y tarrinas de helados, papeleras a rebosar... y hojas, muchas hojas por el suelo. Miles de hojas son las que cubren uno de los paseos más emblemáticos de Alicante, una de las postales turísticas de la ciudad por la monumentalidad de unos ficus centenarios que atraen a los turistas hasta Canalejas.
Así amaneció ayer el parque tras el último fin de semana de julio, en plena temporada turística. La zona, en lo que se refiere exclusivamente a los residuos, mejoró algo a media mañana, cuando un inquieto barrendero se apresuraba en limpiar la cara del parque en apenas unos minutos. Enseguida ya se le vio por el paseo de Doctor Gadea, mientras Canalejas seguía cubierta de unas hojas que evidencian que no se recogen en tiempo. Una de las postales más simbólicas, la fuente del Niño Flautista, demuestra la situación de abandono del parque: hojas flotando en el agua y, junto a plantas secas, el entorno con tierra.
El Ayuntamiento de Alicante liderado por el PP y Ciudadanos, consciente de la situación de abandono actual de muchos parques de la ciudad, ha decidido recientemente que la gestión de esa área municipal pase a depender de la Concejalía de Limpieza (y no de Infraestructuras como hasta ahora), para así aglutinar bajo el mismo responsable político, Manuel Villar, la limpieza de Alicante y el mantenimiento de las zonas verdes. En el último año, hasta las elecciones, las citadas áreas dependían del popular Israel Cortés.
