Cruces a nivel como rotondas y accesos sin carriles de aceleración o deceleración y travesías urbanas son las zonas con mayor riesgo de siniestralidad en las carreteras de la provincia, según se observa al ver los tramos de concentración de accidentes que el Ministerio de Fomento tiene señalizados en la red viaria alicantina. El organismo estatal ha actualizado recientemente la catalogación de estos recorridos especialmente peligrosos, en la que Alicante aparece como la cuarta demarcación con más puntos conflictivos, tras Barcelona, Pontevedra y Madrid. Todos ellos están en lugares en donde la vía en cuestión discurre por una zona habitada o hay al menos un cruce de significativo riesgo.
En la anterior relación de tramos de concentración de accidentes de Fomento aparecían doce puntos de este tipo en la provincia de Alicante. En realidad, se han eliminado cinco, en la N-332 en Orihuela Costa y Altea y en la N-340 en Redován, Crevillent y Elche, pero han aparecido tres nuevos. Se trata de la N-332 en l'Alfàs del Pi -de manera contigua a otro tramo de estas características en la misma vía y el mismo municipio-, la N-340 en uno de los accesos a Orihuela y la A-77 en Alicante, en el punto donde la autovía procedente de Alcoy empalma con la A-70 en una gran rotonda. Por ello, la reducción de doce tramos especialmente peligrosos a diez no debe verse como algo positivo en términos generales. Además, hay que tener en cuenta que otros siete tramos se mantienen en el listado de forma invariable.
La N-332 al sur de Torrevieja y en el acceso norte a Santa Pola, así como el tramo de esta misma carretera que discurre por el término municipal de l'Alfàs del Pi, entre Benidorm y Altea, son algunos de estos puntos. También está en la lista la travesía de Torrellano en la N-340, así como la A-77a en el entorno de la Universidad de Alicante, entre las rotondas de acceso al casco urbano de San Vicente del Raspeig y al propio campus.
La siniestralidad de estos tramos ha llevado a que en algunos de ellos se acometan obras de mejora. Esto ha repercutido de manera positiva sobre la seguridad vial y ha reducido el número de accidentes, pero no ha hecho que esos puntos desaparezcan de la lista de lugares conflictivos a la hora de conducir por la provincia. Ejemplo de ello es la N-332 en l'Alfàs del Pi, donde el antiguo acceso al casco urbano de esta población dio paso a una rotonda. Los 13 accidentes con 17 heridos en este punto en 2016 se redujeron un año más tarde a seis siniestros con ocho lesionados, unas cifras que hacen que este punto se mantenga entre los de mayor siniestralidad de la provincia. Es probable que los choques por alcance que antes había en el cruce ahora se den en la rotonda. Tampoco las mejoras en el enlace de la A-77 y la A-70 -carriles más anchos, bandas reductoras de velocidad y más barreras de protección, entre otros- ha reducido la accidentalidad, sino todo lo contrario, hasta el punto de ser señalizado como nuevo tramo peligroso.
La reducción de la siniestralidad es precisamente el objetivo de las grandes obras que se están acometiendo en la rotonda de la Universidad de Alicante, de las que ya informaba este periódico el sábado, tal y como recuerdan fuentes de la Subdelegación del Gobierno. Se espera que la circulación a menor velocidad a la que obliga toda la reordenación de carriles haga que se circule de manera más pausada y con más precaución, y que eso contribuya a reducir el número de siniestros. La estadística del Ministerio de Fomento muestra que éste es el punto de mayor accidentalidad de toda la provincia: entre 2013 y 2017 se registraron nada menos que 78 -es decir, una media de casi 16 cada año-, en los que resultaron heridas 97 personas, dos de ellas graves. Ahora habrá que ver si estas medidas para reordenar toda la rotonda surten efecto.
