Bancos rotos, rodeados de maleza y de un manto de hojas acumulado desde hace meses. Basura «enquistada» en un paseo frecuentado por niños, mayores y «runners». Césped que nace en la zona central y del que no queda casi ni rastro en los parterres. Bolsas de patatas, latas de refrescos y envases de comida por los suelos. Palmeras que empiezan a brotar fuera de sitio, en el lateral de varios bancos. Ésta es una rápida radiografía de uno de los parques de una de las zonas, a priori, más privilegiadas de la ciudad de Alicante: el paseo central de la avenida de Miriam Blasco, en la zona residencial de la Albufereta. La situación del parque no es casual, tampoco puntual según los residentes, se suma a las críticas generalizadas en muchos puntos de la ciudad por el cuidado de los parques, desde la limpieza al mantenimiento de la zonas verdes como también del mobiliario urbano.
Las quejas de los vecinos de Miriam Blasco por el estado del parque se multiplican en verano, cuando resulta más habitual pasar ratos largos en la zona, ya sea con los pequeños de la casa o con los mayores que residen en un centro especializado próximo. «Basta caminar por el parque para ver su estado. Y así lleva meses. Hay hojas de árboles que están ya en descomposición del tiempo que llevan caídas, formando un manto que ya se ha nivelado, en altura, con los laterales», explica Ricardo Gil, un vecino de la zona y habitual del parque. Y no es el único residente crítico con el estado de un parque que no hace demasiado tiempo, hace unos años, era un «oasis», un espacio agradable para pasear, ideal para correr y cuidado para pasar un rato leyendo en alguno de los bancos o con los niños en los juegos infantiles. «La situación no es nueva, pero va a peor con el paso del tiempo. El declive del parque se empezó a notar con el tripartito, hace unos tres años, aunque no sé por qué. Pero desde hace unos meses, el abandono es cada vez mayor», explica Carmen López, vecina de la zona, mientras pasea a su perro en la parte de Miriam Blasco más próxima a la rotonda de Sergio Cardell.
A escasos metros de ese punto, en el extremo del parque de Historiador Vicente Ramos más cercana a la conocida «rotonda de los quesos», otra imagen evidencia la desidia en el mantenimiento de los parques, tanto por la limpieza como por las zonas verdes. En un lateral del parque se pueden observar cantidad de restos de petardos de niños, que según los vecinos se lanzaron en los días de Hogueras. También se pueden ver carcasas de un mayor diámetro, que también siguen a la vista.
