La familia del sacerdote Antonio Vivo, impulsor de la restauración de la basílica de Santa María de Alicante, reclamó ayer a las administraciones competentes que desbloqueen la cuarta y última fase de rehabilitación del templo, que lleva más de 15 años pendiente pese a que fue aprobada y presupuestada. Vivo, párroco de la basílica entre 1995 y 2011 y rector hasta 2015, falleció el año pasado sin ver la obra culminada. Ayer se descubrió una placa en su recuerdo en el suelo de la plaza de Santa María, a unos metros de la entrada de la iglesia más antigua de Alicante.

Vivo fue el gran impulsor de las tres primeras fases de restauración del templo de estilo gótico pues gracias a su empeño se rescató un monumento que en 1995 estaba en ruinas. Al poco de iniciar su función se puso un casco de bombero para dirigirse desde el altar a los feligreses evidenciando el peligro de la basílica erigida entre los siglos XIV y XVI sobre los restos de la antigua mezquita mayor. Después de eso la Generalitat, contra la que llegó a enfrentarse para que se acometiera la reforma del templo, ordenó su desalojo por su mal estado y amenaza de derrumbe.

Finalmente logró que la Conselleria de Cultura invirtiese y ejecutase las tres primeras fases de rehabilitación con una inversión millonaria mientras en paralelo el sacerdote buscaba financiación para la restauración del patrimonio artístico del templo, objetivo que también consiguió. Para ello se constituyó la Fundación de la Iglesia de Santa María con 14 entidades privadas que destinaron más de 400.000 euros a recuperar esas joyas. De todo ello dio cuenta en un libro que presentó en 2017.

Sin embargo, quedó pendiente la cuarta fase, que contempla la creación de los museos eclesiásticos en las criptas de la iglesia que dan a la calle Jorge Juan para albergar el patrimonio artístico recuperado en los últimos años: cálices, cantorales, esculturas, sacras, retablos y candelabros, hallados en un salón tapiado por ladrillos.

El proyecto elaborado por el arquitecto Marius Beviá fue aprobado por el Consell en 2009 per0 nunca se ejecutó. Mientras que fue párroco y rector, Vivo mantuvo las negociaciones con la Generalitat con el fin último de la apertura al público de los museos eclesiásticos con todos los tesoros que ha conservado la basílica y los que se han recuperado. Esa cuarta fase llegó a presupuestarse en ?,? millones de euros. El proyecto incluía una excavación parcial en la plaza donde se esconden piletas de los baños mozárabes y aljibes medievales que estaban destinados a salas de exposiciones.

Patrimonio

«La cuarta fase estaba presupuestada pero se perdió. Desde el Ayuntamiento, la Generalitat y la Fundación Santa María se puede impulsar para acabar todo el trabajo ya iniciado», señaló Pablo Vivo, sobrino del sacerdote, durante el homenaje de ayer. «Esta placa nos llena de responsabilidad a todos los que queremos que esta tarea no se detenga. Se debe seguir cuidando este patrimonio y desde las entidades correspondientes llevar a cabo la última fase de restauración que estaba en proyecto y quedó en el aire», dijo. El sobrino recordó no solo la tarea de su tío en el desarrollo de las diferentes fases de restauración de la iglesia, también su papel en la obtención del título de basílica por el Vaticano, y felicitó a las entidades públicas y privadas y personas que colaboraron en el proyecto.

La familia quiso agradecer a la Corporación en su conjunto que haya promovido la colocación de la placa, «y que haya contado con la familia, porque esto nos acompañará toda la vida», dijo un emocionado sobrino.

Ramón Egío, deán de la Concatedral de San Nicolás, en la que Vivo estuvo en sus últimos años oficiando cada día la misa de las 11 horas, habló de su faceta humana, pues el religioso se paraba y conversaba con cualquier persona con la que pudiera encontrarse. «Era un sacerdote único, al que todos querían. Alicante sufrió increíblemente su pérdida, deseamos que desde el cielo siga velando por esta ciudad a la que tanto quería. Le doy las gracias por su interés y desvelos por Alicante».

Por su parte, el alcalde, Luis Barcala, glosó su figura, y recordó a Vivo como «un personaje singular, entrañable, con capacidad y fuerza interior para perseguir y conseguir los objetivos que se marcaba, como fue la restauración de la basílica de Santa María. Antonio Vivo era un líder que convirtió en realidades muchos proyectos». Del acto se ausentaron los grupos de Compromís y Podemos.

En la placa reza la fecha de nacimiento y fallecimiento del sacerdote con el mensaje: «En memoria de monseñor Antonio Vivo Andújar, párroco y rector de la basílica de Santa María, e impulsor de su restauración».