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La futura restauración de Luceros no pone de acuerdo a los expertos

Ingenieros aseguran que una actuación superficial no solucionaría el problema por el óxido estructural y los malos materiales de la fuente

La futura restauración de Luceros no pone de acuerdo a los expertos

«Con la restauración de Luceros va a haber mucha controversia. No nos vamos a poner de acuerdo ni los expertos. Seguro». Éstas son las palabras de Joserre Pérezgil, restauradora y conservadora, que resumen las posturas de cuatro expertos consultados por este diario ante la intención del Ayuntamiento de Alicante de actuar sobre el monumento, que además centra la polémica por los efectos que puedan tener las mascletás en su mantenimiento. Para el ingeniero Florentino Regalado, los espectáculos pirotécnicos no afectan, como tampoco el tráfico rodado y las vibraciones diarias por el TRAM. «Todo eso le produce un daño mínimo, es irrelevante. Las grietas se producen por su problema original: está hecha con unos materiales de muy baja calidad. La escultura de Luceros tiene los días contados, no se debería perder más tiempo», señala el ingeniero, quien apuesta por «descubrir la armadura, limpiar el óxido, darle una pintura de protección y volver a recrecer».

Esa drástica postura choca de frente con lo que defienden dos personas del ámbito artístico. El responsable del área de Escultura de la Facultad de Bellas Artes de la Universidad Miguel Hernández de Elche, Juan Francisco Gómez, afirma que quitar todo el material afectado sería «ir contra el patrimonio». Lo normal, a su juicio, tendría que ser una «actuación superficial», ya que se debe «mantener el arte, el gesto del autor». El profesor admite que esa actuación superficial impediría actuar en el germen del problema: «Si el acero está oxidado, es muy difícil actuar sobre él sin tocar la piedra». El experto en escultura explica que el «acero al oxidarse, expande su volumen; el acero es más duro que la piedra, y el hormigón de la época no era flexible, por lo que se quiebra la piedra a la mínima».

En una línea similar, contraria a realizar una restauración profunda de la obra de Bañuls que se levantó en los años treinta del pasado año, se muestra la restauradora Joserre Pérezgil. «Hay que conservar la obra original. Es una obligación de la sociedad... Y más en Alicante, donde la gente está muy identificada con el monumento», explica la experta, quien subraya que el tráfico, las mascletás y el TRAM sí afectan a la escultura, junto al cambio climático por la persistencia del calor y las lluvias en una ciudad como Alicante: «Los materiales con los que se construyó no eran los mejores entonces, pero tampoco se hizo pensando en el terrible tráfico de hoy en día, ni para espectáculos como las mascletás que suponen un gran estrés, junto a la actividad diaria del TRAM. Como el soporte es frágil, todo eso no hace más que acelerar el envejecimiento».

Para Pérezgil, la actuación sobre la fuente de Luceros debe tratar de conservar la «mayor parte de la obra original», llevarla a cabo con «materiales reversibles y no alterar el concepto original del artista». Y subraya que no sólo se trata de restaurar Luceros, sino de «limitar las actuaciones» de su entorno, en alusión a las mascletás y también al tráfico de vehículos.

Por su parte, Salvador Ivorra, catedrático del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Alicante, defiende que si se realiza una restauración superficial «en poco tiempo volverán a salir las grietas generadas por la corrosión». Según su criterio, se debe «picar las grietas, colocar un pasivador en las armaduras y luego recubrir con un mortero adecuado». El profesor, encargado de estudios sobre las vibraciones de las mascletás en Luceros, subraya que la fuente no solo se ha dañado por los espectáculos pirotécnicos, sino también por su antigüedad y exposición a ambientes marinos cargados de sales, aunque reconoce que «el desmontaje de la fuente, el TRAM y las mascletás han acelerado los daños».

El Ayuntamiento, liderado por el PP y Cs, tiene presupuestada una partida de unos 110.000 euros para la reparación de la fuente, aunque todavía no hay fecha para el inicio de unos trabajos cuyos detalles tampoco se conocen.

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