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El proyecto estrella digital acaba en la basura

La iniciativa que traería la revolución tecnológica a la ciudad queda sumida en el olvido. Compromís impulsó la Capçalera, el PSOE la presentó con 12 millones de presupuesto y el PP la dejó caer

Restos de material de obra y basura delante del antiguo matadero. José Navarro

Los alicantinos que transitan por la avenida de Elche se topan cada día con una gran pancarta: «Toda revolución nace de una idea». Cuelga de la torre de depósito del antiguo matadero, ubicado en el polígono de Agua Amarga, en un recinto donde escombros, residuos y vegetación se abren paso ante el olvido.

El prometedor eslogan puede generar falsas expectativas entre los más crédulos, pues parezca que pronto ese complejo industrial histórico, podría convertirse en el germen del próximo Silicon Valley. El ingenioso cartel ya forma parte de un paisaje en total estado de abandono, pero ni rastro de las modernas instalaciones prometidas hace más de un año bautizadas como la Capçalera.

Unos metros lo distancian de la realidad del futuro tecnológico en Alicante: Distrito Digital, impulsado por la Generalitat. La Ciudad de la Luz reconvertida en polo atractor de ideas y nuevas tecnologías, un total de 1.200 metros cuadrados donde ya aterrizaron más de 70 firmas y 20 empresas. La pregunta cae por su propio peso: ¿Qué ocurrirá entonces con la Capçalera?

Ni los unos ni los otros

El Ayuntamiento, gobernado en solitario por el PSOE, presentó esta iniciativa en 2018 como la idea que lanzaría a Alicante hacia un modelo de negocio basado en la economía digital: «La Capçalera de ImpulsAlacant», un vivero de startups de 52.000 metros cuadrados cuya primera fase comenzaría en junio del año pasado. Sin embargo, las obras nunca llegaron a licitarse.

En el año 2016, la entonces concejala de Empleo y Desarrollo de Compromís en el tripartito, Sonia Tirado, propuso un proceso de «reconversión económica» para la ciudad con una apuesta en firme por el emprendedurismo joven y las nuevas tecnologías.

En noviembre de 2017 Compromís y Guanyar abandonaron el tripartito, renunciando a sus competencias ante la negativa de dimisión del entonces alcalde del PSOE Gabriel Echávarri, imputado por prevaricación. En ese momento, el entonces edil socialista Carlos Giménez asumió la dirección de la Agencia de Desarrollo Local.

En diciembre de 2017 se procedió al desescombro y acondicionamiento de la zona con un coste de más de 160.000 euros como primer paso para iniciar las obras. Hoy, año y medio después, sacos abiertos llenos de escombros, botes de pintura y cascotes cubren el suelo y las inmediaciones de un espacio con una riqueza geoestratégica desaprovechada, situado entre la EUIPO y el Aeropuerto e IFA.

En marzo de 2018 el PSOE presentó el proyecto, en una rueda de prensa donde el socialista Giménez se felicitaba por lo que sería «un eje estratégico para la provincia», con un presupuesto nada desdeñable de 12 millones de euros. Llegó a anunciar que en junio se procedería a la licitación de la primera fase.

Pero ese paso nunca llegó y los acontecimientos políticos se precipitaron: el alcalde socialista, Gabriel Echávarri, presentó su dimisión en abril y el voto en blanco de la edil no adscrita, Nerea Belmonte, devolvió la alcaldía al PP, provocando así un cambio en la estrategia política. La Capçalera quedó condenada al olvido.

Un año después, la concejalía de Urbanismo, en manos de C's, indica que se ultima el proyecto de ejecución para la rehabilitación integral del edificio. Aunque lo cierto es que el PSOE ya hizo este trabajo: la primera fase de la Capçalera, centrada en la recuperación de las dos plantas y la torre por valor de cuatro millones de euros.

Asimismo, fuentes del Consistorio señalan que se ha finalizado la redacción del proyecto para la remodelación de la Avenida de Elche, incluyendo los accesos a dicha parcela por valor de 700.000 euros. Ni rastro de los cuatro millones que el tripartito presupuestó como necesarios.

Hace un año ya de la visita de la edil de Compromís Sonia Tirado a las instalaciones industriales, donde pidió al PP que recuperase la iniciativa. Hoy Natxo Bellido, quien se mantiene en la portavocía del grupo, recoge el testigo y advierte: «Alicante no puede volver a caer en el vicio de dejar en el cajón todo aquello, incluso siendo bueno, que no tenga el color político del equipo de Gobierno».

Alicante Futura

El alcalde, Luis Barcala, no quiere perder el tren tecnológico y el pasado mes de abril presentó Alicante Futura, un proyecto que promete «convertir Alicante en la capital de la innovación y la digitalización», según indicó el primer edil. Un argumentario que ya es muy familiar a los alicantinos: Mismo objetivo, distinto nombre y emplazamiento. ImpulsAlacant fue el paraguas empleado por el tripartito con ese propósito. Sin embargo, desde el PP se decantan por el Puerto, muelles 13 y 14 y el entorno del Centro Panoramis, cuya concesión pertenece a uno de los máximos accionistas del Hércules, Juan Carlos Ramírez.

Mientras, de la Capçalera solo queda el cartel.

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