Mi querido hijo:

Cuatro años, cuatro largos años desde que cerraste tus preciosos ojos para no volverlos a abrir.

El tiempo es relativo, depende de cada uno, a mí me parece que fue ayer cuando te tenía a mi lado y cada día espero que sea un mal sueño... pero tu ausencia se hace realidad, aunque me niego a que el olvido diluya tu recuerdo y estás presente en cada minuto de cada día.

Durante este último año han ido sucediendo acontecimientos en los que te echamos tanto de menos…pero luego me daba cuenta de que estabas ahí, a mi lado, en cada momento, apoyando y sintiéndote orgulloso de tu hermano ya que estabas en nuestra mente y nuestro corazón, sonriendo y dando por sentado que todo iba a ir bien.

Y llega junio, nuestro pequeño Claudio deja el colegio, se gradúa, momento emotivo donde los haya, pero estabas presente, más presente que nunca.

Tu hijo se hace mayor y te recuerda con mucho orgullo y amor (sentimiento compartido con su hermana).

Un abrazo a todas las personas que lo recuerdan, que son muchas, festeros de San Blas (siempre en su corazón). Gracias por recordarle con una sonrisa, porque él era eso: alegría y vitalidad.

Te queremos, te añoramos y recordamos cada día.

Tu madre, Mª Carmen Díez.