Un arranque próspero para un final tumbado por la peste. Así es como la filà Aragoneses lució ayer su capitanía en la Entrada del bando de la cruz de las Fiestas de Moros y Cristianos de San Blas. Un espectáculo de una hora que adentró al barrio en el siglo XIV, al que luego siguieron, por otro lado, los Templarios, los Cruzados y muchos otros hasta la aparición de Almogáveres, alférez cristiano.

La Entrada Cristiana arrancó a las 20 horas después de una jornada repleta de fiesta; a las 8 de la mañana había comenzado el día con una diana desde el castillo. Aragoneses, capitanía cristiana, había preparado la cita con especial entusiasmo.

Para sorprender a todo el barrio, la capitanía sacó a la calle un espectáculo de una hora basado en los contrastes de la época de Pedro IV, un trabajo realizado de la mano de una historiadora. Con carrozas, bailes y un poblado medieval, los festeros ilustraron un reinado que comenzó con un periodo de prosperidad y acabó con una época de peste en el siglo XIV.

«En la época de Pedro IV se prosperaba económicamente gracias a sus alianzas políticas, pero también hubo otra parte: su final coincidió con la llegada de la peste», explicó José Luis García, capitán cristiano. El espectáculo empezó con un momento pletórico, colorido, brillante y alegre, y se cerró con un final «un poco más tétrico», definió García.

Templarios, Cruzados, Navarros, Cántabros, Leoneses, Caballeros de Montesa, Cides, Caballeros Hospitalarios y Lucentinos también desfilaron en la entrada cristiana de ayer. Y en último lugar lo hizo la filà Almogáveres, con el alférez cristiano, para cerrar más de dos horas de actividad en las calles del barrio.

Durante el día de ayer, también tuvo lugar un almuerzo en los distintos cuarteles, un pasacalles a media mañana y bautizos festeros pasado el mediodía. Tras la entrada, la fiesta continuó desde las 24 horas en los cuarteles. Tal y como lo hará hoy al finalizar la Entrada del bando moro, que ocupará San Blas, con la capitanía a cargo de Nómadas, desde las 19.30 horas.

Los festejos se quedan sin pólvora tras 76 años de tradición

Los Moros y Cristianos de San Blas se quedan sin disparos en los dos alardos que tendrán lugar mañana por la mala calidad de la pólvora suministrada por la única empresa autorizada por el Ministerio de Industria para comercializarla. El explosivo importado tiene una granulometría excesiva que, según la Guardia Civil, haría peligrosa su utilización. La noticia, conocida ayer, cae como un jarro de agua fría entre los festeros del barrio alicantino, quienes se mostraron consternados por no poder dar continuidad a una tradición que lleva sin saltarse 76 años. En los actos de mañana, tanto en la embajada mora con batalla y capitulación cristiana como en la embajada cristiana con batalla y capitulación mora, no habrá pólvora negra para arcabucería.