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Renuevan los barracones del colegio La Cañada 13 años después

Las clases prefabricadas se inundaban cada curso con las lluvias torrenciales, provocando pérdida de clases

Los operarios retiraban esta semana los dos pisos de los antiguos barracones del colegio de la Cañada del Fenollar para reponerlos por otros nuevos para el inicio del curso. pilar cortés

Los antiguos barracones escolares del colegio de La Cañada del Fenollar ya son historia. La reiterada demanda de los padres de alumnos por el mal estado de buena parte de las ocho prefabricadas instaladas en el patio del centro hace ya trece años, ha acabado calando en las autoridades educativas que, a punto de iniciarse las obras de construcción del nuevo colegio, han decidido renovar los deteriorados barracones.

Entre las numerosas acciones emprendidas por los padres de alumnos para reivindicar el nuevo colegio, y erradicar de una vez por todas los barracones, hace ahora tres años que los alumnos decidieron pedir por escrito a Educación «un colegio nuevo de ladrillos. Las clases de hojalata se han inundado», escribía Sofía. Y Rocío añadía: «Cada vez que llueve se inunda todo. No podemos continuar así. La culpa es de estas aulas, que no son normales».

El mensaje ha sido, por fin, recibido y el curso que viene estrenarán prefabricadas. Lo lamentable es que todavía no puedan contar con el centro prometido porque las condiciones de la parcela lo han acabado demorando más de la cuenta. «Nos acaba de escribir el secretario de Urbanismo para decirnos que se están tramitando las obras de urbanización de la parcela», señala confiada la presidenta de la AMPA, María López.

Trámites

El colegio figura entre los previstos para su ejecución por parte de la Conselleria de Educación dentro del Plan Edificant, que delega en el Ayuntamiento todos los trámites y al Consell le corresponde dotar el presupuesto. La cesión y cambio de uso de los terrenos primero, la instalación del colector de aguas después, y la urbanización del entorno, fueron las premisas que exigió la conselleria para pasar a licitar las obras.

También corre a cargo del Ayuntamiento la memoria de las obras para que Educación dé el pistoletazo de salida a la demorada construcción. Desde el Consistorio aseguran haber completado las memorias técnicas subsanadas y haber desarrollado también los trabajos de preparación de la parcela para poder iniciar la citada construcción.

Y mientras se pone en marcha, Educación ha decidido renovar los barracones cambiando incluso la anterior contrata. La empresa que ha retirado las aulas prefabricadas no es la misma que los repondrá antes de que arranque el nuevo curso.

La portavoz de la AMPA prefiere que se haya cambiado también la contrata, porque no cree que se haya cumplido un ápice con el mantenimiento requerido, dado el estado en que se encontraban estas aulas, que se han ido deteriorando a marchas forzadas. «Pintura y poco más, no habían arreglado nada hasta ahora», concreta.

Se los han llevado todos a excepción de uno de ellos con la intención de conservarlo como almacén, porque la necesidad de espacio en el colegio resulta ya endémica. «Por falta de espacio, la dirección ha solicitado quedarse como almacén uno de los antiguos barracones», confirma López.

La retirada del resto se llevó a cabo por la tarde, sin interrumpir la escuela de verano que ha puesto en marcha el centro escolar este mes de julio. Inicialmente temieron que hasta la prevista retirada se demorara más de la cuenta, porque los operarios llegaron sin el preceptivo permiso de Tráfico para pode ocupar la carretera aledaña con los camiones. «Al final se encargó la policía local y se pudo agilizar», respira la presidenta de la AMPA.

A falta de no menos de otro curso para poder contar con el nuevo centro, por fin de ladrillo, la administración educativa que dirige Vicent Marzà ha optado por no esperar más y retirar los antiguos barracones. «Lo que nos gustaría es que realmente el curso 2019-20 fuera el último en barracones porque ya estamos cansados», concluye María López.

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