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Adriana Kaplan: «Los hombres no tienen nada que ver en la mutilación genital»

«Está prohibida en todos los países africanos salvo en cinco, pero se sigue practicando. El Egipto alcanza al 91% de las niñas», relata

Adriana Kaplan: «Los hombres no tienen nada que ver en la mutilación genital»

P Cuenta con una experiencia de 30 años de lucha contra la mutilación genital femenina, ¿en qué países sigue realizando esta práctica?

R Actualmente en 27 países del África subsahariana, Oriente Medio y Lejano Oriente y en países donde han emigrado personas que se han llevado su cultura y sus costumbres. Está prohibida en toda África salvo en cinco países, pero se sigue practicando. Conseguimos que se publicara una ley en Gambia, donde la práctica alcanza el 75%, en Egipto es de un 91%, en Guinea Bissau de un 50%, en Mauritania un 70%.

P ¿En Egipto es del 91%?

R Sí, y ha bajado porque era del 96%. Es normal la sorpresa porque la mutilación se suele asociar al África subsahariana. Allí aunque está prohibido desde 1995, es una práctica universal, incluso las cristianas coptas lo hacen, es un tema pre islámico.

P ¿Qué se puede hacer para erradicar esta práctica que ya está prohibida en tantos países? ¿De qué depende la variación en las prevalencias?

R Depende de las etnias, se da tanto en zonas rurales como urbanas, aunque cada vez menos en zonas urbanas. Algunas etnias lo practican y otras no aunque convivan en un mismo territorio. Es un trabajo lento, hay que conocer muy bien cuál es la realidad y trabajar desde el respeto y el conocimiento. Quienes practican la mutilación genital quieren a sus hijas y creen que esta práctica es buena. Si podemos deconstruirla con delicadeza sabiendo que ellas han pasado por ahí los resultados son extraordinarios. Son capaces de integrar el conocimiento que les ofreces. Por ejemplo, las complicaciones que tienen con dolores menstruales, infecciones de orina de repetición, problemas en el parto etcétera, que los relacionen con la mutilación.

P Piensan que sufrir estos problemas es algo natural.

R Claro, creen que es así. Por eso es importante presentarles la conexión de los problemas que padecen con la mutilación para que puedan darse cuenta de que al final puedes desmontar todas las razones en las que se sustentan para realizarla.

P ¿Se ha conseguido reducir la cifra de niñas que la sufren cada año?

R Sí, aunque no sabemos exactamente cifras, hay pueblos donde se ha trabajado y ahora lo entienden. Es una cadena de transferencia del conocimiento, lo tienen que entender el médico, la enfermera, la comadrona. Y lo que hemos hecho es desarrollar una metodología capaz de transferir el conocimiento en cascada para que llegar a profesionales de la salud que están en los poblados. Que todos manejen las mismas razones para no practicarla y se apoyen unos a otros. También hemos trabajado con líderes religiosos presentándoles estudios clínicos y cuando han visto las consecuencias han llegado a la conclusión de que es anti islámico. La religión juega un papel muy importante. Vamos avanzando y viendo los frutos del trabajo.

P En su intervención ha mencionado el decisivo peso de las abuelas en la mutilación.

R Es un tema de mujeres, llevado a cabo por mujeres y mantenido por mujeres. Los hombres no tienen nada que ver, no saben nada de la práctica y cuando se enteran quieren formar parte de la decisión porque ellos pensaban que no tenía consecuencias.

P Las edades de las niñas varían.

R Como han ido saliendo leyes en la mayoría de países, en vez de a los 13 años ahora lo practican más en bebés.

P ¿Cree que se conseguirá erradicar algún día?

R Pienso que sí, pero debemos ser conscientes de que es un trabajo lento. Hay grandes ONG que trabajan el tema y no ves resultados. El marketing y las grandes campañas no sirven porque ellos lo entienden como una forma de imponer un pensamiento hegemónico de occidente.

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