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Educación tiene que cubrir con interinos 1.500 plazas de docentes que se jubilan al año

Las masivas oposiciones celebradas este año con 4.636 puestos y las previstas hasta 2021 apenas lograrán rebajar el actual índice de inestabilidad laboral del profesorado, que parte de un 30%

Las oposiciones que se están celebrando, pese a ser las más masivas en plazas de los último años, no bastan para rebajar la inestabilidad laboral del sector de la enseñanza. Pilar Cortés

La Conselleria de Educación necesita docentes interinos para cubrir una media de 1.500 plazas por curso, que son las correspondientes a las jubilaciones, anticipadas o no, que se producen al año.

Pese a las masivas oposiciones convocadas por Educación en cuatro años, hasta 2021, con un total de 13.000 plazas para todos los niveles docentes, los niveles de inestabilidad de la plantilla de profesores no bajarán lo suficiente . Partimos de niveles de precariedad en 2017 de hasta el 30%, casi uno de cada tres profesores, y el cruce de datos de las jubilaciones previstas junto al aumento de plazas en el sistema por la reducción de horas en Secundaria o para los cargos directivos podrían disminuir dicha interinidad alrededor de doce puntos, rondando el 18% . Queda muy lejos del 8% que contemplan los planes estatales de mejora de empleo.

El balance que mantiene la inestabilidad del empleo docente en casi uno de cada cuatro docentes los próximos años resulta de las plazas de oposiciones: 3.000 el año pasado, 4.636 este año, y otras 5.000 los próximos dos años, y la media de jubilaciones. Tal y como explica el delegado de CC OO en la enseñanza, Roberto Romero, las convocatorias de oposiciones, con ser las más masivas de los últimos treinta años, no aumentan los puestos docentes existentes y con niveles que rondarán el 18% de interinidad, «seguirán haciendo falta interinos, tal y como venimos insistiendo desde el sindicato, aunque no sea lo deseable. Los cambios no se prevén significativos ni brutales», puntualiza.

Especialmente los interinos más mayores y con mayor puntuación en bolsa ,por su experiencia laboral, valora este delegado que tendrán el puesto asegurado cada curso.

Este dibujo del mapa laboral en la docencia concluye que el movimiento de la plantilla actual va a ser «prácticamente irrelevante». Desde Infantil a las Escuelas de Idiomas y Conservatorios, pasando asimismo por Primaria, Secundaria y FP, suman 56.000 profesores y maestros, y con jubilaciones del orden de 1.500 personas por curso «los interinos seguirán siendo imprescindibles».

Esta situación se traduce, por otra parte, en una peor calidad de la enseñanza a consecuencia de la falta de la continuidad laboral.

Tal y como constata Romero, la gran mayoría del profesorado que llega a los 60 años se jubila en cuanto tienen mas de 30 años cotizados. En concreto en Secundaria, con 32 años cotizados se llega a la pensión máxima del Estado, 2.500 euros brutos al mes. Y en Primaria se llega a la pensión máxima del cuerpo, que no del Estado, con 1.300 euros brutos y 35 años cotizados. Como el sueldo si se sigue en activo es prácticamente el mismo, «no se suelen hacer consideraciones económicas para decidir sobre la jubilación, más bien es una reflexión personal que valora si se quiere completar algún proyecto de centro a varios años, o si se está implicado en el equipo directivo, pero en general se suelen jubilar porque llegan al tope y es una profesión que quema», opina este delegado.

Anticipada

El actual modelo de jubilación para los docentes es, en principio, indefinido, pero susceptible de desaparecer ante cualquier cambio de Gobierno, por lo que mayoritariamente se inclinan por jubilarse con 60 años para no arriesgarse a tener que prolongar el trabajo hasta los 67.

Como en cursos anteriores, se estima un crecimiento de centenares de plazas en el sistema educativo, en principio por la recuperación total de los tutores de Primaria -perdidos por los recortes- y por la disminución de una hora para todos los docentes de Secundaria, si se cumplen los compromisos de la Conselleria de Educación. «El sistema también puede crecer por asesorías de los centros de formación de profesorado, por la inspección o por la posible reducción de horas a equipos directivos o a coordinadores, «por lo que el índice de interinidad seguirá muy alto», aventura Romero.

La actual plantilla docente está por otra parte envejecida, porque más de la mitad superan los 45 años, y las oposiciones solo contribuyen a rejuvenecerla en función de la edad de los que aprueben, -más del 70% suelen ser interinos con años de experiencia. Aunque el efecto de la jubilación anticipada y la convocatoria de oposiciones pueden contribuir a rejuvenecerla, todo apunta a que lo hará a menor velocidad de lo deseable, por lo que la brecha generacional entre profesorado y alumnado seguirá siendo importante en la enseñanza.

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