La llegada de las Monjas de la Sangre para relevar después de medio milenio a las Clarisas en la custodia de la Santa Faz fue recibida ayer con prudencia tanto por el PSOE como por Compromís. Ambas fuerzas políticas en la oposición respetaron la decisión de la Iglesia, aunque sin valorarla, y confiaron en que después de los últimos avatares el Monasterio obtenga la estabilidad deseada a largo plazo. En el seno de la izquierda alicantina únicamente se desmarcó de esa línea Podemos, que resucitó la antigua idea de recuperar la titularidad pública del monasterio. Este debate surgió en noviembre, cuando se marcharon las últimas monjas de clausura y después de una notable conmoción tuvieron que ser sustituidas de forma temporal por diez hermanas del convento de la Verónica de Murcia.

Frente al tono entusiasta que el viernes mostró el alcalde, el popular Luis Barcala con la arribada de las Monjas de la Sangre, al asegurar que la decisión del Obispado logrará «preservar las tradiciones de las que son devotos los alicantinos», el portavoz del PSOE, Francesc Sanguino se mostró mucho más comedido: «Nosotros no debemos opinar sobre qué orden ha de custodiar la reliquia de la Santa Faz según el mandato del Obispado». Sanguino sí mostró su confianza en que « entendemos que la Iglesia ha optado por la mejor solución para mantener y salvaguardar un patrimonio tan relevante para Alicante».

El tono utilizado por Compromís fue similar. Su principal representante en el Ayuntamiento de Alicante, Natxo Bellido, matizó que «si es una solución que aporta estabilidad y seguridad en la custodia es positivo»

No obstante, ahora mismo la preocupación para Bellido está en otra parte: «Falta ver qué pasa con el Convento de la Sangre». En un principio, y según las previsiones que maneja el alcalde, este último deberá ahora convertirse en el futuro Museo de la Semana Santa, toda vez que el edificio, que es la cuna de las procesiones en Alicante, cumple con los requisitos de la Junta Mayor y la orden religiosa también apoya la idea. Bellido no obstante aseguró que no se trata de una iniciativa original de Barcala: «Si el Convento es para Museo Semana Santa, es una idea que ya barajamos hace meses», señaló el portavoz valencianista.

Distinta es la visión del portavoz de Podemos, Xavi López, para quien la cuestión religiosa no es relevante: «No nos importa si la reliquia es custodiada por una orden determinada u otra. A la ciudadanía alicantina le preocupa la custodia de la Santa Faz, como mostró la crisis de noviembre pasado. Ahí se abrió una oportunidad para revertir a titularidad municipal el Monasterio, la torre y el Huerto, oportunidad que fue bloqueada por las derechas».

López matizó que ése es el camino a seguir: «Reiteramos nuestro compromiso con la defensa de los derechos del pueblo alicantino sobre la titularidad del Monasterio y creemos que una gestión pública sería la mejor vía para garantizar que algo tan distintivo de la idiosincrasia de nuestra ciudad esté siempre con el pueblo de Alicante».