"Eso me han dicho, que se van...", se escuchaba en la tercera fila de bancos del Monasterio de la Santa Faz unos minutos antes de que esta mañana, a las 12 horas, arrancara la última misa en la que han estado presentes las Clarisas, las religiosas que llevan custodiando la Reliquia desde hace cinco siglos y que ahora abandonan Alicante. "Pues qué pena porque hacían una misa muy bonita", apuntaba otra mujer una fila más atrás. El obispo de la Diócesis Orihuela-Alicante, Jesús Murgui, ha oficiado el encuentro y ha agradecido a las monjas de la orden su "sencillez, alegría y autenticidad" dentro de un mediodía con alta dosis de tristeza por una despedida histórica.

Los primeros fieles se han colocado en la zona más próxima al altar momentos antes del arranque de la ceremonia; el tema principal era la salida de las Clarisas del monasterio. "¿Cuáles son las que vienen ahora?", preguntaba una señora con abanico en la mano. "Las de la Sangre", le contestaban. "Esas son de Alicante, Agustinas creo", intervenía una tercera.

Mientras tanto, cuatro Clarisas salían hacia el altar preparadas con instrumentos para los cánticos que venían: un bongo, una guitarra, un güiro y el atril para las partituras. Han colocado sus sillas, han saludado a este grupo de señoras y se han sentado en la esquina izquierda. En el otro extremo de la tarima, el capellán de Santa Faz, José Luis Casanova, preparaba estratégicamente un ventilador en dirección al atril fijo para una misa que duraría más de una hora.

Las autoridades presentes ocupaban sus puestos. El alcalde de Alicante, Luis Barcala, ha estrechado la mano a las religiosas antes de sentarse y ha repetido a cada una de ellas un "muchas gracias". Después, se ha sentado junto a Carlos Mazón, futuro presidente de la Diputación de Alicante, y otros miembros de la corporación municipal.

"Posiblemente muchos estéis para celebrar la eucaristía", ha señalado Jesús Murgui en el arranque de la ceremonia. "Otros, posiblemente, como es mi caso personal, además unáis a estos motivos la despedida a las hermanas pobres de Santa Clara que hoy ponen punto y final a la custodia de la Reliquia", ha añadido.

La intervención de Murgui ha sido un agradecimiento constante a la labor de las monjas, de las que ha destacado la sencillez, la alegría, la autenticidad y la tranquilidad que han conseguido ofrecer en las tareas de custodia: "Que el señor no olvide la compañía que le habéis hecho estos meses y vuestras hermanas durante 500 años".

Murgui también ha asegurado haber hecho un gran esfuerzo por tratar de conseguir la permanencia de la orden de las Clarisas en el monasterio: "Hemos trabajado hasta más allá de lo razonable por su continuidad". Un trabajo que también, ha añadido poco después, ha hecho "para conseguir de Roma el relevo que ahora es posible".

La misa acababa cerca de las 13:15 horas tras la intervención a modo de despedida de las Clarisas, que con un tono muy cercano han expresado su gratitud por estos años en el monasterio de la Santa Faz. "Nos hemos sentido hijas de Alicante. Aunque nuestro acento 'murcianico' nos delata, nos hemos sentido como en casa", ha señalado una de ellas desde el atril.

El público ha roto en aplausos y los fieles se han acercado a despedirse de ellas entre llantos, bombones y abrazos. "Gracias a Alicante por enseñarnos qué es la Santa Faz", ha concluido una de las monjas con su discurso de despedida.