Los 28 grados de temperatura registrados ayer quedaron en nada en comparación con los más de 60 grados que se sufren con agrado cada noche de la Cremà en torno al fuego que se prende en los monumentos y que controlan los experimentados bomberos. El sofoco solo es posible resistirlo con la tradicional banyà. Los bomberos se apiadan de quienes están en primera fila de cremà y al grito de «¡Agua, agua!», demandan auxilio que les llega a través del agua que fluye de las mangueras. Si importantes son en las fiestas de Hogueras de Alicante la plantà y la Cremà, no lo es menos la popular, tradicional y antiquísima banyà, que hermana a niños, jóvenes y personas mayores, poniendo el broche definitivo a las fiestas.