El de hoy puede ser el último día para el colegio público Maestro López Soria, no solo del presente curso escolar -como sucede al resto de centros educativos de la ciudad de Alicante-, sino de toda su historia académica desde que se creó el año 1974.
Sendos informes, tanto de la inspección educativa como de la propia dirección del centro, recomiendan el cierre definitivo con la mirada puesta en la treintena de alumnos de etnia gitana que escolariza actualmente. Al respecto se propone desplazarlos a otro colegio del distrito escolar que dispone de vacantes para absorber esta matrícula añadida en las distintas aulas de Primaria.
Desde hace ya varios cursos Educación optó por no ofertar plazas en el nivel inferior para niños de tres años, por lo que progresivamente se han ido vaciando las aulas y este curso el alumnado solo ocupaba cinco de las siete aulas iniciales, y con una matrícula muy mediada.
La inspección educativa entiende que ha llegado el momento de clausurarlo, teniendo en cuenta que el final de este curso coincide con la jubilación de la actual directora, con lo que todos los trámites del traslado del alumnado podrían llevarlos a cabo el actual equipo directivo, conocedor de la situación de un alumnado desfavorecido en origen por las circunstancias sociales y económicas de sus familias.
Dado el alumnado que acoge, el colegio está considerado de acción educativa especial o Caes y debe su actual nombre al maestro López Soria -fallecido hace dos años-, que se jubiló hace una veintena de años tras haberlo dirigirlo durante quince.
No repartir ni separar a los niños es una de las principales premisas que tanto la dirección como la inspección educativa contemplan en los informes remitidos a la Conselleria de Educación, que deberá ahora tomar una decisión al respecto. También se contempla en los informes que hay otro colegio con alguna aula cerrada puntualmente por el descenso generalizado de la natalidad y que podría escolarizar a todos estos alumnos.
Demanda
En el otro extremo de la ciudad, concretamente en el distrito escolar de la playa de San Juan, las aulas para los niños de tres años han quedado un año más saturadas tras la admisión definitiva de todas las peticiones de las familias en colegios tanto públicos como concertados.
La comisión de escolarización de este distrito ha logrado recolocar finalmente a todos los alumnos tras compensar la sobredemanda que han arrojado colegios como La Albufereta o Costa Blanca, los más pedidos del distrito, donde las solicitudes de las familias han duplicado la oferta inicial de 46 y 50 plazas respectivamente, con la pérdida de matrícula de otros centros como el Voramar, que no llegó a completar inicialmente una de las dos aulas ofertadas para niños de tres años.
Finalmente todos los colegios del distrito han completado la totalidad de las plazas hasta el punto de que ante la más que previsible matrícula sobrevenida que llega a la ciudad a partir de septiembre, no se puede descartar la necesidad de habilitar y arañar aulas. un año más, de otros espacios en los propios colegios, como vienen sucediendo cada curso.
Profesores de este distrito coinciden en señalar a preguntas de este diario que así como en otras áreas de la ciudad ha podido hacer mella el descenso de natalidad, en las playas siguen bajo la espada de damocles de la presión que ejerce la continua construcción de viviendas, especialmente en el PAU 1. Recuerdan a la conselleria que no debe bajar la guardia y proyectar nuevos centros en el distrito.
La matrícula en el resto de las áreas escolares también ha quedado equilibrada como ha podido constatar este diario, aunque por primera vez en años alguno de los centros concertados que ofrecen más vacantes, hasta un centenar, como Maristas, cuenta finalmente con tres plazas libres.
Por contra y en la misma zona de San Blas, Salesianos que ofertaba 75 plazas ha dejado sin atender una quincena de peticiones y en la zona de Vistahermosa, Jesuitas, que también ofertaba 100 plazas, ha tenido una sobre demanda de 25 solicitudes, un aula más.
