Las guías del viajero internacional avisan: hay que ser precavidos y empezar a programar el viaje con al menos dos meses y medio de antelación sobre todo para tener en cuenta cuestiones como las vacunas, imprescindibles si vamos a ciertas países, por ejemplo, de África. La recomendación, sin embargo, se queda más que corta este verano en la Comunitat Valenciana en la que ya hay lista de espera de dos y tres meses para conseguir protegerse antes de salir al extranjero contra la fiebre amarilla, el tifus o la malaria.
Es una situación que suele darse todos los veranos (es temporada alta de viajes) pero este año las listas de espera se han alargado más de lo habitual: en el centro de vacunación internacional del Ministerio de Sanidad -situado en el puerto- la cifra más próxima libre es el lejano 30 de agosto. Las alternativas que se ofrecen (15 hospitales de la red de sanidad pública en toda la C. Valenciana) tampoco daban alternativas mejores, al menos en la ciudad de València.
Así, en el centro de vacunación internacional del Hospital Doctor Peset la cita más próxima era el 20 de agosto, al tiempo que avisaban que no se tendrían en cuenta las «urgencias» de quien llegara tarde y necesitara inocularse sí o sí antes de viajar. Mientras en el Hospital General de València, que recientemente ha sido reconocido como centro de referencia en enfermedades importadas y salud internacional, a los viajeros que llaman para pedir cita les salta directamente una grabación en la que avisan de que la agenda está completa «hasta el 13 de septiembre».
La grabación invita a mandar un correo para pedir cita solo si el viaje programado es posterior, pero no dan opciones si el viaje es antes y alguien se ha quedado fuera de plazo incluso previendo con tiempo los preparativos. «Estamos intentando optimizar la agenda pero no podemos garantizar días concretos», se advierte en la grabación.
El riesgo de no vacunarse
El colapso favorece que muchas de las personas se vayan finalmente sin las vacunas recomendadas con el consiguiente riesgo o que tengan que mover cielo y tierra para recibir algunas de las vacunas o de la profilaxis, ya que existen no pocos países en los que se deniega directamente la entrada si el viajero no presenta la cartilla de vacunación por ejemplo contra la fiebre amarilla, que es preceptiva para traspasar las fronteras de Angola, Burkina Faso, el Congo o Costa de Marfil.
En otros casos las vacunas no son obligatorias aunque sí recomendadas sobre todo cuando se viaja a países con un nivel de desarrollo más bajo en los que las condiciones higiénico sanitarias pueden presentar riesgos. Es el caso de la vacuna de la hepatitis A o contra la fiebre tifoidea que se recomienda para viajes tan habituales entre los españoles como Tailandia o Vietnam.
