Un mayo para la historia del aeropuerto de Alicante-Elche. Los más de 1,4 millones de pasajeros que pasaron por la terminal durante el mes pasado posibilitaron que el aeródromo cerrara el mayo con más tráfico desde que se inauguran las instalaciones hace 50 años y certifican, por otro lado, que el sector turístico de la Costa Blanca ha amortizado ya, a falta de cómo se comportará la temporada alta, el desvío de los turistas «prestados» de Turquía y Túnez que frenaron el crecimiento del verano pasado. El tráfico creció en mayo un 7,2%, y en lo que va de año, es decir en los cinco primeros meses del año, el aumento del movimiento de pasajeros ha sido del 8,2% con un total de 5,3 millones de pasajeros, unos 400.000 más que en el mismo periodo del año anterior.

Cifras que, por otro lado, consolidó al aeropuerto provincial como el quinto de la red de AENA en mayo por delante de los aeródromos de Gran Canaria, Tenerife e Ibiza, los destinos turísticos que más están sufriendo la desaceleración del mercado turístico alemán. Alicante (1.402.113 pasajeros), quedó por detrás el mes pasado de Málaga (1,9 millones), Palma (3,1), Barcelona (4,6) y Madrid-Adolfo Suárez, con 5,2 millones de pasajeros.

El aeropuerto movió 1,4 millones de pasajeros en mayo, lo que supone un incremento del 7,2% respecto al mismo mes del año 2018. Los pasajeros en vuelos internacionales siguen siendo mayoritarios y en mayo se registraron 1.255.150 viajeros, un 6,6% más. Al buen balance se suma que el tráfico nacional sigue su tendencia al alza y con 146.309 viajeros contabilizados, aumentó un 13,5%. Todo ellos respecto a vuelos comerciales y comparando con mayo del año anterior.

Desglosado el tráfico internacional por nacionalidades, los países que aportaron más viajeros durante mayo fueron Reino Unido, con 582.919 pasajeros, seguido de Alemania, con 97.351, Holanda, con 89.224, Bélgica, con 71.385, Noruega, con 68.362, y Suecia, con 57.552 pasajeros.

En cuanto a las operaciones, el aeropuerto de Alicante-Elche gestionó un total de 9.496 vuelos en mayo, lo que supone una subida del 6,2% respecto al mismo mes del año anterior.

Respecto a los datos acumulados, desde enero hasta mayo se registraron 5.307.808 pasajeros y 36.994 operaciones en el aeropuerto, lo que implica un crecimiento del 8,2% y del 6,6% respectivamente.

Los pasajeros del Reino Unido siguen liderando el tráfico como de lo demuestra la propia programación de esta temporada alta. En el apartado de destinos, el que cuenta con el mayor número de plazas ofertadas es Londres-Gatwick, con más de 801.000 asientos y un crecimiento del 13,6% y analizando los mayores incrementos de plazas, destacan Birmingham, con más de 388.000 asientos (28,5%); Barcelona, con más de 333.000 (25,7%), y Ámsterdam con más de 392.000 plazas (23.1%).

A la espera del tren

Pese a los grandes números del aeropuerto de Alicante-Elche, sigue sin noticias del proyecto para llevar el ferrocarril, el TRAM, o los dos, hasta el hueco subterráneo que se dejó excavado tras la última remodelación. La terminal tiene capacidad para gestionar sin agobios un tráfico anual de 20 millones de pasajeros, aunque ya ha comenzado a trabajarse para construir una segunda pista y una nueva torre de control de cara al horizonte del año 2035. Del tren poco se sabe pese a que hace 19 años la terminal superó la barrera de los seis millones de pasajeros, la cifra a partir de la cual la Unión Europea conseja que los aeropuertos tengan conexión ferroviaria.

El Ministerio de Fomento baraja dos alternativas para la construcción de la ya polémica nueva pista en el aeropuerto. Ambas paralelas a la actual, pero una a 1.475 metros de la actual por la parte de atrás de la terminal, a la que se accedería por una calle que obligaría a soterrar la N-338, y sobre unos terrenos básicamente agrícolas por los que pasa ahora el tren de cercanías. La pista arrancaría cerca de IFA en dirección este hacia el mar invadiendo también una parte del Saladar de Agua Amarga -paraje protegido por el Pativel al ser una zona inundable- y saltando por encima de la N-332.

Los terrenos están en Elche, próximos a Torrellano. De hecho, el Ayuntamiento de Elche tiene suelo reservado en su PGOU. La construcción de esta pista obligaría a soterrar tanto la N-338 (carretera donde han comenzado las obras de remodelación) como la N-340.