El Ayuntamiento de Alicante ha garantizado la inspección diaria de las zonas de baño del municipio, después de que una mujer tuviese que ser atendida ayer en el Hospital de Sant Joan por el contacto con un ejemplar de carabela portuguesa mientras se bañana en la zona de Cala Cantalar, en el Cabo de la Huerta.

La concejala en funciones de Turismo y Playas, Mari Carmen de España (PP), ha explicado que el servicio de Salvamento y Socorrismo se ocupa de revisar "todas las mañanas" el estado del agua en el litoral de Alicante con una batida en todas las playas.

Así, tal y como recoge Efe ha apuntado que, en el caso de que se produzca el avistamiento de medusas o de cualquier otro animal que aconseje la prohibición del baño, "se activa la situación de alerta que resulta pertinente".

Según De España, existe un protocolo en vigor que se acordó durante la temporada estival de 2018 cuando se detectó por primera vez la presencia de ejemplares de carabela portuguesa en aguas de Alicante, por lo que están "preparados y coordinados con el resto de municipios próximos como El Campello, Santa Pola o Guardamar" para compartir información en caso de que se detecte la presencia de algún tipo de riesgo.

La edil ha insistido en que, desde el año pasado, se cuenta con el asesoramiento del Instituto de Ecología Litoral para definir ese protocolo de actuación, y ha recordado que el contacto con un ejemplar de carabela portuguesa no entraña un peligro extremo para la salud, salvo que la persona afectada presente algún tipo de incompatibilidad alérgica o que agrave alguna afección previa.

"No podemos olvidar que la carabela portuguesa y las medusas que puedan aparecer están en su hábitat natural y no podemos expulsarlas. Lo que sí podemos hacer es mantener medidas preventivas y activar los avisos correspondientes cuando aparezcan", ha añadido.

De España ha dicho que, por la información que tiene hasta ahora, "este año no se está detectando una presencia masiva".