La mujer que sufrió ayer la picadura de una carabela portuguesa cuando se bañaba a unos doscientos metros de la orilla de la Cala Cantalar en el Cabo de la Huertas ya ha recibido el alta y se recupera en su domicilio. La mujer sintió comun latigazo en la cara y el brazo. Hoy, pasado el susto, esta experta nadadora ha pedido a los bañistas que no se bañen solos lejos de la orilla en previsión de este u otro tipo de accidentes.

La mujer precisó asistencia hospitalaria tras sufrir la picadura de una carabela portuguesa mientras se bañaba en el Cabo de las Huertas de Alicante. Al parecer, la bañista, de mediana edad, no pudo hacer nada por evitarla y sintió un fuerte latigazo en la cara, por lo que salió del agua con celeridad y fue trasladada de urgencia al Hospital de Sant Joan, donde finalmente la ingresaron para atenderla por el fuerte hinchazón del rostro, el dolor y el enrojecimiento e irritación de la piel.

Es la primera picadura registrada este año en las playas alicantinas después de la alarma generada el pasado verano por el avistamiento de numerosos ejemplares que fueron arrastrados por la corriente desde la zona de Cádiz y Huelva, donde suelen tener sus zonas de cría. Las constantes quejas de los usuarios llevaron de cabeza durante meses al equipo de gobierno del PP que se planteó colocar redes en las zonas de baño de las playas, además de barajar el posible uso de drones para vigilar y detectar esta especie tóxica que se extendió con velocidad por el litoral alicantino.

El avance de la temida especie por el alcance de sus picaduras sorprendió a numerosos bañistas de toda la provincia y, de hecho, el Instituto de Ecología Litoral llegó a pedir en reiteradas ocasiones precaución a los bañistas y deportistas que practican surf o nadan en aguas abiertas.

Desde finales del mes de marzo diferentes usuarios vieron ejemplares de esta especie en la playa de San Juan, Arenales, El Pinet, La Marina, Calp, Elche o Urbanova Fueron muchas las picaduras y los ingresos en diferentes hospitales de la provincia. Además, en un solo fin de semana el departamento de salvamento y socorrismo de Benidorm sacó de las playas 14 carabelas portuguesas, una especie que es denominada comunmente medusa pero que en realidad no lo es, puesto que es un tipo de hidrozoo de plancton gelatinoso que, aunque tiene su hábitat en las aguas cálidas de todos los océanos del mundo, es más habitual verlas en el Atlántico.

Fuentes municipales de Alicante han asegurado a este medio que el servicio de salvamento inspecciona cada mañana las playas en las zonas de baño para extremar las precauciones y comprobar que no hay medusas en la línea de baño. El Ayuntamiento manifestó que serán los técnicos los que decidan si existe riesgo y en el caso de que se valore que la situación es peligrosa se izará la bandera roja en las playas en las que se observen estos animales, al igual que ocurrió el pasado verano cuando decenas de kilómetros de costa fueron cerrados a escasas fechas ya del comienzo de la temporada alta del sector turístico.

Más venenosas

La medusa portuguesa se caracteriza por tener color fosforescente y porque sus tentáculos pueden medir hasta 30 metros y tienen 10 veces más veneno que un ejemplar normal. Su picadura es muy dolorosa, causa vómitos, fiebre, parálisis momentánea, náuseas, puede dejar secuelas y cicatrices y tener consecuencias tóxicas.

Los expertos aseguran que pueden incluso provocar la muerte. Sus tentáculos están provistos de ventosas urticantes capaces de paralizar a peces y también a seres humanos. Su cuerpo en forma de vela le permite desplazarse con facilidad, llegando a alcanzar una velocidad de casi 22 metros por segundo. Estos animales tienden a remitir a mitad del mes de junio aproximadamente.

No confundas la carabela portuguesa con otras medusas