«Cada vez hay un mayor interés por conocer el cerebro porque la Inteligencia Artificial trata de imitarlo», señaló ayer el director del Laboratorio Cajal de Circuitos Corticales del Centro de Tecnología Biomédica de la Universidad Politécnica de Madrid y profesor de investigación en el Instituto Cajal (CSIC), Javier de Felipe Oroquieta, que pronunció en la Sede de la Universidad de Alicante la charla «El cerebro humano: una perspectiva científica y filosófica» dentro del Aula de la Ciencia.

De Felipe dijo ser «optimista porque el cerebro no es una estructura infinita y somos miles de científicos cada vez dotados de mejor tecnología, así que algún día terminaremos por descubrirlo todo». No obstante, admitió que todavía «estamos lejos de comprender realmente el cerebro humano porque gran parte de lo que conocemos es por la experimentación con animales y son diferentes».

Sin embargo, en un repaso al salto cualitativo que ha experimentado el conocimiento del cerebro desde que Santiago Ramón y Cajal empezara a estudiarlo hasta hoy es un motivo de esperanza para De Felipe. El científico destacó que los avances tecnológicos han permitido que «cada vez se avance más rápido en el estudio del cerebro y también ha cambiado la forma en la que lo hacemos, ahora es interdisciplinar».

En cuanto a cuándo será la Inteligencia Artificial capaz de replicar al cerebro humano, el neurocientífico vaticinó que «no será en los próximos años, pero en un futuro seguro que se puede lograr». Recordó cómo hasta hace poco tiempo la comunidad científica creía restringidas ciertas habilidades al cerebro humano que hoy en día han quedado superadas, como aprender a jugar al ajedrez, pintar o componer música. «Cada día surgen nuevos algoritmos que demuestran que las máquinas son capaces», destacó. «Si sabes cómo sumar, puedes enseñarle a una máquina. La idea es que la máquina lo haga mejor que tú, pero por ahora lo que no puedes enseñar es la subjetividad». Otra circunstancia que aleja el objetivo de replicar el cerebro es que los humanos aprenden muy rápido cosas que en una máquina llevan tiempo y millones de datos.

En su opinión, el estudio del cerebro es «fundamental no sólo porque nos hace conocernos a nosotros mismos sino porque sus alteraciones dan lugar a enfermedades como el alzheimer y el parkinson».

Confesó que una de sus mayores aficiones es estudiar el cerebro de animales exóticos. «Sabemos del cerebro del ratón, la rata y los macacos, pero muy poco del resto y hay 4.300 especies de mamíferos», comentó. «Somos humanos porque tenemos un cerebro especial, ¿qué nos hace ser únicos? Es uno de los grandes temas de investigación», resaltó De Felipe.