Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Empleadas domésticas

Mujeres con otro hogar

El 40% de las limpiadoras trabaja en «negro» pese a que hace siete años entró en vigor la obligación de cotizar

Es uno de esos trabajos poco agradecidos porque sólo se aprecia cuando no está bien hecho. Y eso que la contribución de las empleadas del hogar a la sociedad es imposible de cuantificar. Sus condiciones han ido mejorando a nivel general en los últimos años, especialmente desde que en 2012 entró en vigor la obligatoriedad para que coticen a la Seguridad Social. Aún así, los sindicatos calculan que aproximadamente el 40% de las empleadas domésticas continúan trabajando «en negro» y muchas de ellas con unas tarifas por debajo de lo que dicta el mercado.

«Ya se sabe que la necesidad manda y muchas chicas, sobre todo extranjeras, cogen lo que sea y de eso se aprovechan algunas personas», resume una trabajadora del sector que prefiere mantener el anonimato. Ese «lo que sea» se traduce en 3-4 euros la hora cuando para alcanzar el Salario Mínimo Interprofesional deberían cobrar 5,76. Y por supuesto sin Seguridad Social.

Cuando se trata de prestar el servicio por horas las trabajadoras domésticas suelen pedir entre 8 y 10 euros la hora para trabajar en una casa aunque algunas pactan también algún euro de más por el transporte. Las que funcionan de esta forma suelen acudir a varias casas a la semana porque lo normal es hacerlo entre dos y tres veces a cada domicilio. Gran parte de ellas son extranjeras porque además de para ganarse la vida, este tipo de trabajos les supone la puerta de entrada al país como residente.

La afiliación media al régimen especial de la Seguridad Social para empleadas del hogar se situó en 9.415 el pasado mes de abril en la provincia. ¿Son muchas o pocas? En UGT destacan que desde 2012 la cifra ha ido en aumento, pero que fue a partir de 2016 cuando se empezaron a registrar ligeros descensos. En el primer semestre del año entre 2012 y 2016 aumentaron un 26,4% las altas, mientras que desde ese momento y hasta ahora han descendido un 2,3%. Precisamente por este motivo desligan la reciente subida a 900 euros del Salario Mínimo Interprofesional como una de las causas.

Obviamente se trata de un sector mayoritariamente feminizado y desde el sindicato siguen demandando una «dignificación y reconocimiento ahora que la economía se está reactivando». Para hacerse una idea por 9.000 mujeres empleadas como servicio doméstico «en regla» hay 500 hombres. La mayoría de ellos se dedican más a tareas de guardés y de mantenimiento, mientras que ellas llevan el peso de la casa, la limpieza y los cuidados de niños y mayores.

Aunque el servicio doméstico ha quedado fuera de la obligatoriedad de fichar para controlar las horas de trabajo, desde UGT piden fórmulas que permitan a los inspectores de trabajo controlar la labor de estas mujeres en general y no sólo la horaria, algo que hoy es imposible por la inviolabilidad del domicilio.

Además, solicitan una mayor vigilancia de las empresas que se dedican a contratar servicio doméstico para después distribuirlo por las casas. «La ley es clara y dice que la Seguridad Social la debe pagar el empleador, no una empresa», advierten desde el sindicato. Las que sí están reguladas son las agencias de colocación acreditadas por un organismo oficial que ejercen como intermediarias entre empleador y empleado pero que en ningún caso contratan directamente a las empleadas.

Este tipo de empresas han proliferado en los últimos años, al igual que las app que se rigen estrictamente por la ley de la oferta y la demanda. La persona que necesita los servicios de una limpiadora establece las horas que precisa, las habitaciones de las que debe hacerse cargo e incluso el tamaño del domicilio y en base a ello establece el precio que está dispuesto a pagar. Por su parte, la empleada puede acceder a las distintas ofertas y seleccionar la que le interesa. Acude, limpia y se va. En muchos casos ni siquiera establece relación con la persona que le paga, que le traspasa el dinero también mediante la app. En este tipo de relaciones laborales no se paga la Seguridad Social, aunque desde abril de 2013, el Gobierno estableció que el empleado de hogar que preste sus servicios durante menos de 60 horas mensuales por empleador, y que hubiera acordado con este último «la asunción de las obligaciones en materia de encuadramiento en el Sistema Especial para Empleados de Hogar, será el sujeto responsable de la obligación de cotizar».

En el extremo opuesto a este tipo de apps se encuentra la persona que tras años desempeñando su tarea dentro de un hogar es considerada casi una más de la familia.

Filipinas, las más solicitadas y mejor pagadas como internas

Lo más habitual es requerir los servicios de una empleada del hogar por horas o hacerle un contrato de ocho horas semanales. Pero en Alicante también está creciendo la demanda de internas ante la imposibilidad de muchas parejas de atender a sus hijos pequeños cuando salen del colegio por motivos laborales. La agencia de colocación Solihogar tramita estas peticiones y pone en contacto a empleadores con empleadas. «Es un trabajo lento, una interna se suele pedir con meses de antelación y en función de las necesidades de cada familia intentamos ofrecer a la trabajadora que mejor les cuadre», indica Sol Sirvent, la gerente. Las más solicitadas y mejor pagadas son las filipinas que pueden cobrar 1.400 euros al mes más manutención. «Por menos de 1.200 euros no se suelen contratar internas», añade.

«He tenido suerte, ahora estoy a media jornada y me tratan muy bien»

Una trabajadora cuenta su experiencia positiva pero denuncia que a muchas compañeras les pagan «una miseria»

«He tenido mucha suerte, trabajo desde hace unos meses a media jornada en una casa con una pareja joven y me tratan muy bien. Me pagan la Seguridad Social y las vacaciones y el sueldo es bueno, más de 600 euros».

María, nombre ficticio, es latinoamericana y es consciente de que es afortunada. «En mi entorno, mis hermanas y amigas no tienen esto», lamenta. Incluso se sorprende de que una familia española le pague este sueldo e incluso le diera un «aguinaldo» en Navidad. «Por lo que yo veo los extranjeros suelen pagar mucho mejor que los españoles, pero yo no me puedo quejar, al contrario».

María también ha trabajado por horas y sin cobrar la Seguridad Social. «Hay trabajos buenos por horas, algunos están muy bien pagados, como uno que vi que por sólo dos horas de 7 a 9 de la mañana ofrecían 20 euros. Y sólo tenías que darle el desayuno a los niños y llevarlos al colegio. Pero claro la seguridad que te da estar contratada y con la Seguridad Social no es la misma».

Conoce a muchas empleadas del servicio doméstico y asegura que «se oye de todo».

«Lo peor es cuando se trata de una persona mayor que por su situación es dependiente y son los hijos o los sobrinos los que te contratan. A veces no explican bien lo que necesita esa persona y más de una amiga se ha llevado un buen susto por no estar preparada. Te pagan una miseria y quieren que hagas todo de lunes a lunes, sin descansos. Es muy distinto a cuando es una persona mayor la que necesita ayuda pero es ella la que te contrata», expone.

En su experiencia en el trabajo por horas «seleccionaba muy bien lo que cogía, porque hay personas que pretenden que en tres horas limpies una casa entera a fondo y eso es imposible. Sé de gente a la que no le da tiempo ni a beberse un vaso de agua», afirma.

Asegura que para los mejores trabajos es importante tener coche. «Suelen ser familias que viven el chalés y que pagan muy bien pero no quieren complicaciones, así que tener un coche para desplazarte es un plus», dice. «Y también los idiomas, porque si tienen niños les gusta que les puedas hablar en otra lengua para que practiquen», añade.

Compartir el artículo

stats